Los fuegos y la sequía acorralan a Rusia
Los incendios amenazan con arrasar instalaciones nucleares y arsenales militares.- La pésima gestión de la crisis incrementa el malestar social contra el Kremlin
Los incendios y la sequía acorralan a Rusia. Se trasladan arsenales enteros a lugares más seguros, se combate el fuego en zonas con instalaciones nucleares de alto riesgo y la vida se hace insostenible en la capital, Moscú, cubierta este viernes por una gigantesca nube de humo. La crisis también ha puesto a prueba la capacidad de liderazgo de sus dos máximos dirigentes, el presidente, Dmitri Medvédev, y el jefe del Gobierno, Vladímir Putin. Más allá de las propagandísticas imágenes televisivas, que les muestran en continua actividad, los ciudadanos de a pie dan muestras de creciente insatisfacción por la gestión de sus líderes.
El malestar afloró en Nizhni Nóvgorod en la reunión que Putin mantuvo con víctimas de los incendios. Estas recibieron al jefe de Gobierno a gritos, según imágenes no prodigadas en los canales televisivos, pero sí ampliamente contempladas en el Internet. En ellas puede verse una multitud que recibe a Putin con gritos de "fuera el Gobierno" y que propone "juzgar" a los miembros de la administración local y "colgarlos de los huevos". Tras este incidente, Putin recurrió a Internet, un terreno que hasta ahora ha sido feudo de Medvédev, para contestar a un bloguero que se quejaba por la desaparición del viejo sistema de extinción de incendios (estanques de agua y una campana) de su pueblo. "Tengo una pregunta", afirmaba el bloguero Top-Lap , y continuaba: "¿Adónde va nuestro dinero? ¿Para que necesitamos ese centro de innovaciones de Skólkovo, si no tenemos los más elementales coches de bomberos?". Top-Lap se refería al futuro centro de innovación tecnológica que es el proyecto mimado de Medvédev.
"Los dirigentes rusos no están preparados para la crisis y no son capaces de dar indicaciones claras y sistemáticas a la población desorientada", afirmaba el representante de una organización ecológica internacional. "En lugar de centrarse en la coordinación de la lucha contra los incendios, Putin va por los pueblos como si estuviera en plena campaña electoral", señalaba.
La amenaza de incendios en bases militares e instalaciones y centros de almacenamiento de materiales radiactivos se ha hecho realidad en varios casos. En una unidad adscrita al centro de prevención de ataques de misiles de la región de Moscú se declararon ayer dos focos que fueron extinguidos sin que se registraran víctimas, según informó el Ministerio de Defensa. El jueves, un portavoz de este departamento informaba de los esfuerzos por extinguir el fuego en un bosque cercano a uno de los puntos de mando de la guarnición militar de Alabinsk, también en la región de Moscú.
El 29 de julio, en el distrito de Kolomna, en los alrededores de la capital, se declaró un incendio en unos almacenes de equipos de aviación pertenecientes a la Marina. Ese mismo día y en ese mismo distrito hubo otro incendio en una base del Ministerio del Interior, según la agencia Ria-Nóvosti. La Fiscalía militar ha abierto una investigación criminal contra el jefe de esta base, el coronel Yuri Chernyj, al que acusa de "negligencia", y está inspeccionando los sistemas de extinción de incendios de todas las instalaciones militares de la región. Cinco altos cargos de la Marina fueron destituidos a resultas del siniestro en las dependencias de la Marina en Kolomna. Su ex jefe, Víctor Biront, ha dicho en una entrevista que se pasó 10 días intentando apagar el fuego junto con los marineros y personal civil sin que sus jefes se dignaran atender sus peticiones de ayuda. Según Biront, ni el Ministerio de Situaciones de Emergencia (MSE) ni la policía ni los bomberos se dieron prisa para socorrerle el 29 de julio, cuando los almacenes eran ya pasto de las llamas. La razón, según Biront, es que estaban intentando salvar las lujosas villas de la zona.
El fuego cercano al Centro Nuclear Federal de Serov, en la provincia de Nizhni Nóvgorod, parecía controlado con ayuda del Ejército. "Se ha frenado el avance del fuego, pero el contraataque no avanza", manifestó Asjat Kayumov, de Greenpeace, desde Nizhni Nóvgorod. También en Briansk, donde hay materiales radiactivos enterrados tras el accidente en la central nuclear de Chernóbil en 1986, la situación estaba controlada ayer, según la diputada local Liuidmila Komogorzeva, especialista en ecología. "La situación es tensa, pero de momento está bajo control", señaló. Komogorzeva puntualizó que "si se levanta un viento fuerte que avive los incendios sobre los bosques radiactivos, se podrían remover los radionuclidos y la situación sería peligrosa no solo para Rusia, sino también para Bielorrusia y Europa". Según Vladímir Chuprov, de Greenpeace, hay residuos radiactivos de Chernóbil en 10 regiones de Rusia, algunas de ellas afectadas por los incendios. Nikolái Shmatkov, del World Wide Fund for Nature (WWF), aclaró que esas sustancias radiactivas siguen siendo una fuente de peligro y, si son lanzados al aire, "respiraremos humo radiactivo".
Niños, ancianos y personas con problemas de salud no deben viajar a Rusia
El Ministerio de Asuntos Exteriores recomienda que no viajen a Rusia, afectada por la contaminación producida por los incendios forestales, niños, ancianos y aquellas personas que tengan problemas cardiovasculares o respiratorios.
Así lo han explicado a EFE fuentes del Ministerio, que, de momento, no ha evacuado a su personal diplomático al considerar que no corre un grave riesgo, mientras que sí lo han comenzado a hacer países como Alemania, Austria, Polonia y Canadá.
En la página web del Ministerio, donde se ofrecen las recomendaciones de viaje al extranjero, se asegura que "no existe recomendación de no viajar a la Federación de Rusia, ya que los centros turísticos y urbanos no están afectados por los incendios y los aeropuertos y demás medios de transporte funcionan con normalidad".
"No obstante, se advierte de que existe un riesgo sanitario grave en las regiones centrales del país (incluido Moscú pero no San Petersburgo), motivado por el humo". El riesgo afecta a niños, ancianos y aquellas personas con problemas cardiovasculares o respiratorios, para los que aconseja el uso de mascarilas.
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