El humilde hijo de herrero que plantó cara a EE UU
El populista Ahmadineyad ha enfurecido a la comunidad internacional por el programa nuclear iraní y la negación del Holocausto. - Su reelección en 2009 desató las mayores tensiones políticas en 30 años
El populista Mahmud Ahmadineyad, que hoy ha salido ileso de una explosión -todavía se desconoce si ha sido un intento de atentado- en la ciudad de Hamadan, ha enfurecido a la comunidad internacional por su agresiva retórica contra Estados Unidos e Israel, su empeño en llevar adelante el programa nuclear iraní y su reiterada negación del Holocausto. Sin embargo, para muchos iraníes, el presidente es un héroe que ha plantado cara a EE UU y, sobre todo, un hombre humilde que se preocupa de los más pobres.
La reelección de Ahmadineyad para un segundo mandato, en 2009, causó las mayores tensiones políticas desde la Revolución Islámica (1979). Los resultados de los comicios, calificados como fraudulentos por los reformistas y moderados, provocaron protestas violentas, duramente reprimidas, y disensiones dentro de la élite política y clerical de Irán.
El presidente iraní encabeza una nueva generación de políticos seglares que profesan una fiera lealtad al líder supremo, el ayatolá Ali Jameneí, que tiene la última decisión en los asuntos de Estado. Ahmadineyad se ha granjeado un fuerte apoyo por parte de las clases pobres y religiosas por su condición de oficial de los Pasdarán (los Guardianes Revolucionarios, el ejército ideológico de la República Islámica) y como instructor de la milicia religiosa basiyí.
Ahmadineyad ha logrado exacerbar el orgullo nacional iraní gracias a su empeño en acceder a la tecnología nuclear, que califica como un derecho inalienable de Irán que no debería estar sometido a la presión internacional. El mes pasado, el presidente arremetió contra la última tanda de sanciones internacionales y las calificó de patéticas, a la vez que advirtió a las potencias de que lamentarían el acoso al que someten al país.
Aunque creció y se formó en Teherán, Ahmadineyad se mantiene fiel a sus modestos orígenes. Hijo de un herrero, nació en 1957 en Garmsar, una aldea situada a un centenar de kilómetros al sureste de la capital. Precisamente, su imagen de hombre del pueblo conectó, en los comicios presidenciales de 2005, con un electorado profundamente disgustado con la corrupción de los clérigos dirigentes.
Ahmadineyad era un desconocido cuando fue nombrado alcalde de Teherán en 2003. Como alcalde, recortó las libertades sociales y muchas de las reformas introducidas por los reformistas moderados que habían regido la ciudad.
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