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Argentina asiste a una anticipada campaña presidencial

Néstor Kirchner y Francisco de Nárvaez pugnan por el peronismo

Alejandro Rebossio

Acabó la multitudinaria fiesta popular por el Bicentenario de la revolución independentista de Argentina, quedaron para la historia las disputas políticas por las celebraciones y ayer, dos días después de todo aquello, se ha vuelto a enardecer la anticipada campaña presidencial de 2011. El diputado y empresario que venció el año pasado en las elecciones legislativas al ex presidente Néstor Kirchner (2003-2007), Francisco de Narváez, afirmó que en la segunda mitad de 2010 presentará un recurso en los tribunales para que le permitan postularse como presidente argentino, pese a que la Constitución se lo prohíbe por haber nacido en el extranjero (en Colombia). Mientras tanto, dos de los principales diputados del kirchnerismo explicitaron lo que todos los argentinos suponían: que Kirchner competirá en las primarias presidenciales del Partido Justicialista (PJ, peronista). De Narváez está dispuesto a enfrentarlo en esa instancia.

"Nosotros vamos a presentarnos ante la justicia. No hemos decidido si ante la Corte [Suprema] o en [un juzgado de] primera instancia", declaró a emisoras de radio De Narváez, que entro en política y en el peronismo después de la profunda crisis argentina de 2001 y 2002. La Constitución de este país establece que el presidente de la República debe haber nacido en Argentina o ser hijo de argentinos. De Narváez no cumple con ninguno de esos dos requisitos. "Tengo que defender mi derecho a ser candidato. No nací en Argentina, pero me hice argentino, quise ser argentino. La Constitución dice que no se puede discriminar a un argentino nacido en el exterior", alega el diputado.

Diputado de perfil bajo

Dueño de medios de comunicación, una marca de ropa y un predio ferial, De Narváez se ha caracterizado por financiar con su fortuna sus campañas electorales con numerosos anuncios en televisión y en las calles, pero, a la hora de legislar (es diputado desde 2005) mantiene un perfil muy bajo. Ni siquiera ha liderado su polémica iniciativa de bajar la edad de imputabilidad penal de los 16 a los 14 años, una idea que le terminó robando el kirchnerismo, pero que aún no ha logrado consenso en el Congreso.

Pese a su futura presentación judicial, De Narváez ha aclarado que aún no sabe si en 2011 será candidato a la presidencia argentina o a la gobernación de la provincia de Buenos Aires, el distrito donde vota más de un tercio de los argentinos y donde el año pasado derrotó a Kirchner. Lo que ha aclarado es que, por uno u otro cargo, competirá en las primarias del PJ y criticó a quienes estudian presentarse fuera del partido por temor a que su presidente, Kirchner, controle esos comicios. Se refería al ex presidente Eduardo Duhalde (2002-2003) y al diputado Felipe Solá.

Kirchner, que no ha renunciado a su escaño de diputado pese a su reciente nombramiento como secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), tampoco ha reconocido públicamente sus ambiciones de suceder a su esposa, Cristina Fernández, en la Casa Rosada, con lo que se sumarían 12 años seguidos del matrimonio en el poder. Sin embargo, dos de sus colaboradores dieron ayer casi por segura su candidatura. "Está claro que Kirchner es nuestro candidato natural", declaró ayer el jefe del grupo kirchnerista en la Cámara de Diputados, Agustín Rossi. "Si las elecciones internas [primarias] fueran en agosto de este año [serán en agosto de 2011], el candidato sería indudablemente Néstor Kirchner", confirmó el diputado Carlos Kunkel.

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La pelea política en Argentina quedó evidenciada en los festejos del Bicentenario: Fernández rechazó la invitación del alcalde de Buenos Aires, Mauricio Macri, a la reapertura del Teatro Colón, mientras que la presidenta y los dirigentes opositores participaron en dos Tedeum distintos, ella en Luján y ellos, en la capital.

Además de las disputas dentro del peronismo, tampoco está claro quiénes serán los candidatos de los otros partidos. En la centrista Unión Cívica Radical no sólo cobija ambiciones el vicepresidente argentino, el ex kirchnerista Julio Cobos, sino que también crece la figura de Ricardo Alfonsín, hijo del ex presidente Raúl Alfonsín (1983-1989), que quiere sumar al socialista Hermes Binner, gobernador de la provincia de Santa Fe, como candidato a la vicepresidencia.

Macri, procesado por presunto espionaje, es el candidato de Propuesta Republicana (Pro). Otros posibles candidatos pueden terminar siendo Elisa Carrió, de la centrista Coalición Cívica, y Fernando Pino Solanas, del izquierdista Proyecto Sur.

EFE

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