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Los 'camisas rojas' dan la bienvenida a la oferta del Gobierno para poner fin a la crisis

El frente antigubernamental rechaza la celebración de las elecciones el 14 de noviembre

La grave crisis política que ha paralizado el centro de Bangkok durante los dos últimos meses, ha diezmado el turismo y ha levantado los fantasmas de una guerra civil en Tailandia ha dado un gran paso hacia su fin, pero no ha quedado aún desactivada. Los líderes de los camisas rojas saludaron la oferta realizada el día anterior por el primer ministro, Abhisit Vejjajiva, de poner en marcha un plan de reconciliación nacional y celebrar elecciones anticipadas el 14 de noviembre, pero han pedido más detalles, como la fecha en que será disuelto el Parlamento, antes de finalizar la protesta y desmontar el campamento que han instalado en el barrio más comercial de la capital.

"Damos la bienvenida y aceptamos de forma unánime unirnos a la hoja de ruta de reconciliación para evitar la pérdida de más vidas", ha afirmado Veera Musikapong, el máximo líder de los rojos, que desde mediados de marzo se han movilizado para pedir la disolución del Parlamento. Los enfrentamientos entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad han provocado 27 muertos y cerca de un millar de heridos. Los camisas rojas dicen que la fecha de las elecciones debe ser fijada por la Comisión Electoral, no por el primer ministro.

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"Continuaremos concentrados hasta que Abhisit diga claramente cuándo disolverá la Cámara. Luego discutiremos nuestro siguiente paso",ha aseguradoJatuporn Prompan, otro de los cabecillas. El calendario es clave, ya que ambas partes quieren estar en el poder en septiembre, cuando están previstas la aprobación de los presupuestos generales del Estado y la remodelación de las jefaturas del Ejército y de la Policía.

Los cinco puntos del plan

La hoja de ruta consta de cinco puntos y, según el primer ministro, recoge las principales demandas de los rojos: respeto a la monarquía -una petición que viene tras las acusaciones del Gobierno de que algunos líderes de los manifestantes buscan derrocar la institución-, reformas para luchar contra las injusticias sociales, creación de un organismo independiente que supervise la imparcialidad de los medios de comunicación, una investigación de la reciente violencia política y reformas que podrían incluir una modificación de la Constitución y la revisión de la prohibición de participar en la vida política a aliados del ex primer ministro Thaksin Shinawatra, que fue depuesto en un golpe militar en 2006.

Abhisit ofreció en marzo celebrar elecciones este diciembre, un año antes del fin de su mandato, mientras que los manifestantes propusieron a finales del mes pasado la disolución del Parlamento en 30 días y la convocatoria de comicios 60 días después. Abhisit lo rechazó.

Pero tras dos meses de movilizaciones, y con la posibilidad de que el Gobierno decidiera finalmente enviar los tanques a desalojar el campamento fortificado, los líderes de la protesta han optado por una posición constructiva. Los rojos afirman que Abhisit llegó al poder en diciembre de 2008 de forma ilegítima, al frente de una coalición tejida por los militares, gracias a una controvertida votación parlamentaria.

Miles de manifestantes siguen acampados bajo toldos y carpas a lo largo de varios kilómetros de calles. Los guardias de la fortaleza vigilaban con prismáticos tras las barricadas, construidas con neumáticos, lanzas de bambú y alambres de espino. En el exterior, continuaban desplegados miles de policías y soldados. Pero, en ambos lados, el ambiente era mucho más distendido que los días anteriores.

Una seguidora de los 'camisas rojas' en una manifestación en Bangkok.
Una seguidora de los 'camisas rojas' en una manifestación en Bangkok.REUTERS

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