Los buques de guerra reducen los ataques piratas en el golfo de Adén en un tercio
La presencia militar obliga a los asaltantes somalíes a alejarse cada vez más. - Los piratas llevan sus ataques a 1.200 millas de la costa
La presencia de buques de guerra en el golfo de Adén ha conseguido una fuerte disminución del número de ataques llevados a cabo por piratas somalíes. Sin embargo, a este efecto positivo responden los piratas con asaltos cada vez más lejanos, tanto que en ocasiones se producen ya más cerca de India que de África.
En el primer trimestre del año, se produjeron 67 incidentes, frente a los 102 del mismo periodo de 2009. De ellos, 35 fueron cometidos por piratas somalíes, según el último informe del International Maritime Bureau (IMB).
"Esta fuerte reducción se puede atribuir a la presencia continua y al éxito de las armadas en el golfo de Adén, junto con las sólidas medidas antipiratería adoptadas por la flota mercante", afirma el documento. Este organismo, basado en Londres y dependiente de la Cámara de Comercio Internacional (ICC), tiene un centro de contacto en Kuala Lumpur en el que los responsables de los barcos pueden informar de cualquier ataque o movimiento sospechoso.
Desde que se inició la Operación Atalanta, en diciembre de 2008, "el descenso de ataques en el golfo de Adén es constante", según afirma el comandante John Harbour, portavoz de la misión de la UE contra la piratería somalí (EUNAVFOR). Junto a estas fuerzas, hay buques de la OTAN y de otros países como EE UU, China, India o Rusia.
El ratón y el gato
Sin embargo, esta vigilancia naval provoca que los piratas se aventuren cada vez más lejos, en un juego del ratón y el gato. El pasado domingo, dice Harbour, tres pesqueros tailandeses con 77 tripulantes fueron secuestrados a 1.200 millas (más de 2.200 kilómetros) al este de Somalia, el ataque más lejos detectado hasta ahora. Los piratas llegan hasta las costas de Kenia, Tanzania, las Seychelles, Madagascar u Omán, según el IMB.
"Los piratas llegan tan lejos que se están produciendo asaltos a sólo 450 millas de India", detalla Cyrus Mody, gerente del IMB. El problema es que "al amenazar un área tan grande, es muy difícil de controlar para las armadas", explica. Según Mody, los asaltantes no tienen límites técnicos para alejarse más aún de la costa: los barcos nodriza que utilizan son, generalmente, pesqueros y cargueros secuestrados grandes y a motor, con el tamaño suficiente para llevar combustible, agua y provisiones para pasar largas temporadas en alta mar.
Alambre de espino
Frente a esta capacidad demostrada por los piratas, los navíos de la fuerza internacional no tienen una función meramente disuasoria. En las últimas seis semanas, han interceptado 30 grupos de acción, generalmente compuestos de una nave nodriza y dos botes, según Harbour, con 300 asaltantes, que han sido detenidos o enviados de vuelta a Somalia.
También las medidas preventivas de los propios barcos que navegan por la zona han contribuido a la reducción de ataques. La mera toma de conciencia del peligro hace que las tripulaciones estén más alertas y se alejen de pequeños botes sospechosos, o realicen maniobras, como provocar oleaje, que dificulten el abordaje, según Mody. También hay barcos que han instalado alambre de espino o han cerrado a cal y canto el puente o la sala de máquinas, para evitar que los piratas tomen el control.
No bajar la guardia
Los datos del informe anual del ICB de 2009, que suman 406 incidentes en todo el mundo, aún no recogen la tendencia constante a la baja de la que habla Harbour. De hecho, en el segundo trimestre del año pasado se produjeron 138 ataques en total, 33 más que en el primero, un repunte habitual tras el fin de la temporada del monzón, a finales de marzo. Sin embargo, la reducción al comparar los mismos periodos de 2009 y 2010 sí es significativa.
Entre enero y marzo de 2010, se produjeron 18 ataques o intentos frustrados en la costa este y sur de Somalia (21 en 2009). Los piratas lograron apresar cinco barcos. Mientras, en el golfo de Adén y en los adyacentes mares Rojo y de Arabia, se produjeron 17 ataques, (41 en 2009), que se saldaron con el secuestro de cuatro barcos. Tanto el IMB como la misión de la UE llaman a no bajar la guardia, pese a las cifras positivas, y advierten del alto riesgo que suponen los piratas.
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