_
_
_
_
_

Los liberales quieren regularizar a los 'sin papeles' ya asentados en Reino Unido

Los liberales-demócratas buscan el apoyo de los votantes de centro izquierda más descontentos con el Partido Laborista

El Partido de los Liberales Demócratas británicos ha presentado un programa de marcado calado de centro-izquierda en el que se postulan como una formación defensora de la equidad y con un plan detallado de reducción del déficit público del Reino Unido. Impregnado de medidas que pretenden darle la vuelta a lo que consideran erosión de las libertades civiles durante 13 años de Nuevo Laborismo, los liberales, que aspiran a tener la llave del Gobierno tras las elecciones del 6 de mayo, proponen regularizar a los sin papeles que lleven 10 años asentados en el país.

"Los conservadores quieren expulsar a 900.000 ilegales que ni siquiera sabemos dónde están: eso es algo imposible", ha proclamado el líder del partido, Nick Clegg. Los liberales-demócratas proponen "dar prioridad a la deportación de los criminales, los traficantes de seres humanos y otros casos urgentes pero permitir que las familias que cumplen la ley accedan a la ciudadanía". "Permitiremos que la gente que ha estado 10 años en Gran Bretaña sin los papeles correctos pero habla inglés, tiene un historial limpio y quiere quedarse aquí obtenga la ciudadanía. Esa vía a la ciudadanía no beneficiará a la gente que llegue después de 2010".

"Los demás partidos están maquillando la economía en estas elecciones"
Más información
Brown resucita al Nuevo Laborismo para las elecciones
Cameron invita a los británicos a gobernar juntos

Por el voto de centro izquierda

Tradicionalmente anclados en el centro derecha en las zonas rurales y a la izquierda en los núcleos urbanos, los liberales-demócratas buscan el apoyo de los votantes de centro izquierda más descontentos con el Partido Laborista. Su estrategia tiene mucho que ver con un sistema electoral que les penaliza más que a nadie y que en 2005 les dejó con menos del 10% de los escaños de los Comunes pese a obtener más del 22% de los votos.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Entre otras razones porque el actual sistema, que otorga el escaño de cada circunscripción al candidato con más votos, aunque estos no supongan la mayoría de los emitidos, fomenta el llamado "voto táctico". Y los simpatizantes liberales tienden más a votar laborista para evitar que gane un conservador que lo contrario. La escasa ventaja que otorgan los sondeos a los conservadores frente a los laboristas y las encuestas que señalan que una alta porción de británicos quieren que ninguno de los dos grandes partidos obtenga la mayoría absoluta, otorgan a los liberales unas expectativas de éxito poco usuales.

Pero su gran problema ha sido desde hace años la credibilidad: nadie les toma como un partido de Gobierno y cosechan más voto de protesta que de confianza en su potencial de gestión. Nick Clegg y su lugarteniente, el veterano y muy popular portavoz de Economía y Finanzas, Vincent Cable, han intentado combatir esa imagen presentado una cascada de propuestas económicas con un detalle que ninguno de los otros dos grandes partidos se ha atrevido a presentar.

"Los demás partidos están maquillando la economía en estas elecciones. Tratan de tontos a la gente con programas electorales que apenas serían adecuados en tiempos de bonanza", denunció Clegg. "La economía es el elefante en la cacharrería de estas elecciones. Y supongo que yo soy el hombre elefante", apuntó Cable con su habitual sarcasmo. En su programa proponen una treintena de medidas concretas para recortar el gasto en 17.000 millones de euros, que en parte se destinarían a reducir impuestos a los contribuyentes con ingresos más bajos aumentando a 11.400 euros el actual mínimo exento del IRPF, que es de 7.400 euros.

Reducción del mínimo exento

Entre las medidas propuestas para aumentar los ingresos se incluye una drástica reducción del mínimo exento en la tributación e las rentas del capital, gravar más las viviendas con un valor superior a 2,27 millones de euros, poner un techo de 450 euros anuales a los aumentos salariales de los trabajadores públicos en los dos próximos años, introducir una tasa a la banca por las ayudas públicas recibidas durante la crisis y aumentar en 5.000 millones las recaudaciones fiscales eliminando los agujeros legales que en la actualidad permiten que el Estado deje de ingresar 45.000 millones de euros anuales mediante medidas de ingeniería financiera.

Entre las medidas de ahorro propuestas destacan la renuncia a la renovación del programa de disuasión nuclear, la cancelación de parte del programa del avión de combate europeo, el Eurofighter, o la renuncia a la introducción del DNI y del pasaporte biométrico.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_