El presidente de El Salvador pide perdón por el asesinato de Óscar Romero
Tres décadas después de su muerte, el Estado admite su responsabilidad
l presidente de El Salvador, Mauricio Funes, en su calidad de jefe de Estado, pidió ayer perdón público por el asesinato del arzobispo de San Salvador Óscar Arnulfo Romero Galdámez, ocurrido hace 30 años, que se cumplieron ayer.
Romero fue asesinado de un balazo certero disparado al corazón por un francotirador, cuya identidad es hasta el momento un misterio, aunque algunas fuentes del espionaje de Estados Unidos indican que se trató de un militar argentino, Emilio Antonio Mendoza, mientras que otros investigadores apuntan al odontólogo salvadoreño Héctor Regalado; este último era hombre de confianza de Roberto D'Aubuisson, el presunto cerebro de la confabulación, que involucró a militares de alta graduación retirados, políticos anticomunistas y grandes empresarios.
Abatido por una bala del calibre 22 explosiva, Romero se encontraba oficiando una misa en la capilla del hospital La Divina Providencia para enfermos de cáncer. Eran alrededor de las seis de la tarde del 24 de marzo de 1980.
"En nombre del Estado salvadoreño, como presidente de la República, reconozco que el entonces arzobispo de El Salvador, Óscar Arnulfo Romero Galdámez, el 24 de marzo de 1980 fue víctima de la violencia ilegal que perpetró un escuadrón de la muerte", dijo Funes ante un auditorio en el que se encontraba la familia de la víctima, así como religiosos de varias congregaciones.
"Este tipo de grupos armados ilegales ejercieron el terror de manera generalizada entre la población civil durante aquellos años aciagos, dejando tras de sí miles de víctimas. Dichos escuadrones, lamentablemente, actuaron bajo la cobertura, colaboración, aquiescencia o participación de agentes estatales", recalcó Funes.
El jefe y creador de los escuadrones de la muerte en El Salvador fue el mayor de inteligencia Roberto D'Aubuisson, ya fallecido. D'Aubuisson, además, fue el fundador del partido derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena), que gobernó en El Salvador entre 1989 y 2009, cuando fue derrotado por el ex guerrillero Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN) y por su candidato, Funes.
D'Aubuisson fue un férreo anticomunista, que murió de cáncer en febrero de 1992. El Informe de la verdad, auspiciado por Naciones Unidas en 1993, le acusa de haber encabezado la guerra sucia a través de los escuadrones de la muerte, con nexos con las inteligencias militares y policiales, encargados de eliminar a centenares de opositores a las dictaduras que se sucedieron en El Salvador.
Funes pidió perdón, en primer lugar, a la familia de Romero, al pueblo salvadoreño, que fue su "gran familia", y a la Iglesia católica, de la cual ha sido uno de sus ejemplares pastores.
"Y repito lo que dije el 16 de enero último, al pedir perdón por las aberrantes violaciones de los derechos humanos durante el conflicto armado por parte de agentes del Estado: nos comprometemos a colaborar con la justicia, tanto nacional como internacional, y pondremos todo lo que sea necesario a su disposición para el esclarecimiento de los crímenes investigados", añadió el primer presidente de izquierda que gobierna El Salvador.
El pasado 16 de enero, en el 18º aniversario de los acuerdos de paz, Funes pidió un perdón general por todos los abusos cometidos por militares, policías y grupos ilegales armados, que perpetraron graves violaciones a los derechos humanos y crímenes de lesa humanidad durante la guerra civil, al mismo tiempo anunció medidas sociales y morales para resarcir a las víctimas.
Funes hizo un llamamiento a consolidar la paz en este convulsionado país y repitió palabras de Romero al exclamar: "Que no haya resentimientos en el corazón". "Sigamos las enseñanzas de nuestro guía espiritual, miremos hacia adelante con paz en nuestros corazones, con amor a nuestros hermanos y hermanas. Hagamos, en definitiva, que ese sacrificio de nuestro obispo mártir tenga sentido", finalizó el presidente Funes.
Por primera vez en 30 años, oficialmente en El Salvador se conmemora el martirio de Romero, en proceso de canonización por la Santa Sede desde hace 15 años. El presidente Funes y sus principales funcionarios han participado en peregrinaciones, marchas, misas, conciertos musicales, recitales poéticos, exposiciones de pintura y seminarios en recuerdo del que muchos creyentes consideran san Romero de América.
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