Protesta de sangre en Tailandia
Los manifestantes claman, por tercer día, contra el Gobierno en las calles de Bangkok
El acto de protesta de ayer en Bangkok estuvo cargado de simbolismo. Miles de tailandeses se dirigieron a las puertas del palacio gubernamental y derramaron allí mismo la sangre que algunos voluntarios habían previamente donado y metido en garrafas de plástico. La policía no se enfrentó a los manifestantes y dejó que éstos vertieran la sangre delante de ellos. No hubo más incidentes.
"Esta sangre es un sacrificio. Una prueba que muestra nuestra sinceridad y el amor que sentimos por nuestro país", dijo Veera Musikapong, uno de los líderes de los manifestantes y uno de los primeros voluntarios que donaron su sangre para la protesta.
Las calles de Bangkok son desde hace tres días el escenario de manifestaciones contra el Gobierno del primer ministro Abishit Vejjajiva. Los protagonistas son los camisas rojas, en su mayoría campesinos y partidarios del ex primer ministro Thaksin Shinawatra, depuesto en el golpe de estado militar de 2006. Thaksin, apodado el Berlusconi asiático por los occidentales residentes en Tailandia, es un magnate y político populista que hoy pasa sus días en Londres como prófugo de la justicia tailandesa, que le condenó en 2008 a una pena de dos años de cárcel por corrupción.
La marea roja que le apoya, los miles de manifestantes que han estado estos días llenando las calles, exigen la renuncia del actual gobierno, al que consideran un títere del ejército. Los adversarios de los camisas rojas, son los camisas amarillas, movimiento de las clases medias y urbanas de Bangok y opuesto a Thaksin.
Desde la asonada de 2006, ambos grupos han tomado las calles de la capital de Tailandia en varias ocasiones, ya sea para defender a Thaksin y protestar contra el actual gobierno como para hacer justamente lo contrario.
En abril de 2009, una manifestación de los camisas rojas acabó con dos muertos, 102 heridos y la declaración del estado de excepción en Bangkok y cinco provincias vecinas.
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