Calderón clama por la unidad
El presidente de México, que busca revalidar la imagen del país en el exterior, quiere que los actos del Bicentenario logren dar forma al "espíritu nacional"
A pocas horas de viajar a Ciudad Juárez para presentar una estrategia social con la que hacer frente a los problemas de seguridad que se viven en esa población fronteriza, y que le ha valido un aluvión de críticas, el presidente de México, Felipe Calderón, lanzó ayer una nueva convocatoria, la segunda en cinco días, a la unidad y la concordia de los mexicanos.
Durante el anuncio de los miles de actos de conmemoración del bicentenario de la independencia y del centenario del comienzo de la revolución mexicana, que tendrán lugar a lo largo de 2010, el mandatario señaló que las celebraciones deben servir para que los mexicanos reconozcan los puntos que los unen y que dan forma al "espíritu nacional".
El llamamiento del presidente llega además 24 horas después de que el Ejército mexicano lanzara una arenga para que se lleven a cabo las reformes que propicien un avance en el país, dando así respaldo a la propuesta que Calderón envió al Senado el pasado diciembre, una iniciativa que ha sido vapuleada por la oposición, tanto por priístas como por la izquierda.
Antes del acto de ayer, el pasado viernes, al celebrarse el 93º aniversario de la Constitución, Calderón ya pronunció un discurso en el que llamaba a convertir 2010 en un año de reconciliación nacional. "Como generación, debemos decidir si queremos dejar las cosas como están, y que nos lleve años o décadas superar los desafíos enormes que México tiene, o si somos capaces de tener la altura de miras necesaria para derribar los obstáculos que inhiben el desarrollo humano sustentable del país", dijo el viernes en Querétaro, donde fue promulgada la Constitución.
En el acto de ayer, Calderón volvió a llamar a esta generación, a la que calificó como la del Bicentenario, a "trabajar y estar unidos en torno al ideal de México".
Los llamamientos del presidente, sin embargo, se han topado con la última crisis de Ciudad Juárez, provocada por la matanza de 15 personas, la mayoría estudiantes, y por la poca respuesta de todos los partidos, que coinciden en la necesidad de reformas para dar más efectividad al Gobierno, pero que no aceptan la propuesta presentada por Calderón.
Y es que la clase política no atiende esas palabras. Polarizados desde la apretada elección presidencial de 2006, los partidos ya hacen cálculos con miras a la renovación en las presidenciales de 2012. Los comicios municipales de este año, en el que se renovarán 12 Estados, servirán como ensayo.
Calderón, cuyo Gobierno ha buscado apoyos extranjeros para mejorar la imagen del país en el mundo, según revelaba ayer el diario El Universal, anunció 2.600 actividades conmemorativas de las dos grandes gestas nacionales, medio millar de las cuales correrán a cargo del Gobierno federal. Ente las más destacadas se encuentra un desfile que costará alrededor de 60 millones de dólares y que será organizado por la empresa Autonomy, que montó la inauguración de los Juegos Olímpicos de Pekín. El hecho de que empresas extranjeras estén involucrados en la organización de festividades nacionales, así como el costo de ese desfile, no ha estado tampoco exento de polémica.
