La derecha chilena vuelve a la presidencia por las urnas medio siglo después
El empresario Sebastián Piñera reclama al centroizquierda "unidad" después de imponerse a Eduardo Frei en la segunda vuelta de las presidenciales
El derechista Sebastián Piñera se convirtió anoche en el nuevo presidente de Chile después de obtener, con el 99% de los votos escrutados, un 51,61% de los sufragios en la segunda vuelta de las elecciones, frente al candidato de la Concertación y ex presidente Eduardo Frei, que logró el 48,38%. Los resultados confirman que por primera vez en 52 años la derecha vuelve al poder en Chile por la vía de las urnas, precisamente en las primeras presidenciales desde la muerte de Augusto Pinochet. Miles de personas se lanzaron a las calles de las principales ciudades del país para celebrar el triunfo del candidato de Coalición por el Cambio.
La satisfacción era general por un proceso democrático modélico en Latinoamérica, donde no sólo ha habido una ausencia total de incidentes, sino una elegancia entre rivales que va mucho más allá de la pura cortesía política. Frei apenas tardó 30 segundos en su discurso en felicitar a Piñera y desearle "lo mejor en su gestión", y entrada la noche, se desplazó con su familia hasta el hotel donde el empresario celebraba el triunfo para, delante de sus seguidores y las cámaras, felicitar personalmente al vencedor. Frei recibió una larga ovación de los piñeristas. "Con Eduardo comparto un gran amor por Chile y soy un gran admirador de su padre [el también ex presidente Eduardo Frei], y quiero decirle que nuestro país necesita más que nunca unidad", subrayó Piñera.
Momentos después de que Frei reconociera su derrota, todo el país pudo escuchar en directo por radio y televisión la conversación que mantenía la presidenta saliente, Michelle Bachelet, con Piñera. "Le felicito y espero que Chile pueda seguir por la senda del progreso". "Le pido un favor", contestó Piñera a Bachelet, "quiero pedirle su consejo y ayuda para poder continuar su labor porque su experiencia de Gobierno es muy importante". "Mañana iré a su domicilio y conversaremos", contestó la presidenta. A continuación cogió el auricular la mujer de Piñera y dijo: "Señora presidenta, quiero decirle que como mujer me siento orgullosa de que usted haya sido la presidenta de los chilenos". Además, el Gobierno informó a Piñera de los resultados oficiales antes de hacerlos públicos por televisión.
La Concertación, la amplia coalición progresista que ha gobernado Chile durante 20 años y que nació fruto de un gran acuerdo democrático contra la dictadura de Pinochet, perdió ayer unas elecciones por primera vez. En su discurso de reconocimiento de la derrota, Frei citó a todos sus compañeros presidentes del país pertenecientes a la Concertación (Patricio Aylwin, Ricardos Lagos y Bachelet), a los que agradeció "haber llevado a Chile a donde lo han llevado". Frei terminó citando unas palabras de su padre, el ex presidente Eduardo Frei, asesinado por la dictadura de Pinochet, y junto a sus seguidores entonó el himno nacional. A continuación, tomó la palabra el ex presidente socialista Ricardo Lagos. "Las victorias tienen muchos padres y las derrotas no, pero yo asumo mi responsabilidad en esta derrota con el orgullo por la labor que hicimos y el saber que tenemos que escuchar al pueblo chileno", subrayó quien fuera uno de los mandatarios más populares de la historia del país.
Dada la igualdad en las encuestas entre Frei y Piñera, la principal dificultad de la jornada llegó a la hora del cierre de las urnas y el comienzo del recuento. Éste se realiza de una manera peculiar que garantiza la transparencia del proceso. Las urnas se abren en presencia del público y de los medios de comunicación. Entonces el presidente abre cada voto y lo muestra cantando el nombre del votado. Muchos de los presentes responden con aplausos o abucheos según sea el voto. Y es aquí donde el Ministerio del Interior temía que se pudieran producir incidentes. No pasó absolutamente nada. Cada uno jaleo los votos propios, abucheó los ajenos y luego todos se marcharon, unos a casa y otros a festejar la victoria.
"Se cerró un ciclo", destacaba el izquierdista Marco Enríquez-Ominami, quien en la primera vuelta consiguió un 20% de los votos. Ominami volvió a defender la necesidad de renovación del proyecto de izquierdas y cargó las tintas contra los derrotados. "La victoria de la derecha podía haberse evitado, pero ha sucedido y ahí siguen hablando los de siempre [por Frei y Lagos]. Es un error".
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