Los periódicos conservadores tampoco se salvan en Irán
El autoridades iraníes clausuran durante 24 horas 'Hamshahri', el rotativo de mayor difusión.- Un juez levanta el cierre.- Los lectores del también conservador 'Khabar' se quedan sin su diario
Las autoridades iraníes siguen cerrando periódicos. Ni Hamshahri, el de mayor difusión e ingresos publicitarios del país, ni Khabar, han acudido esta mañana a su cita con los lectores, acusados de "violar las leyes de prensa". Pero a diferencia de los últimos casos de censura a publicaciones reformistas, ambos son diarios conservadores vinculados a rivales políticos del presidente Mahmud Ahmadineyad. Y al menos en el caso del primero, los observadores estiman que la clausura tiene que ver más con una lucha de poder que con sus contenidos. La anulación de la orden de cierre hace unas horas por parte de un juez refuerza esa idea.
"La orden de clausura del periódico ha sido anulada por la justicia y Hamshari volverá a publicarse mañana", anunciaba su director, Ali Asghar Mahaki, citado por la agencia semioficial Isna, apenas 24 horas después de la prohibición. El órgano de control de la prensa prohibió el lunes la salida de Hamshahri por haber publicado el domingo en su primera página "un anuncio con una foto de un templo bahai", religión que está prohibida en Irán, y "animar a los turistas a visitarlo". Se trata del templo del Loto de Nueva Delhi que una agencia de viajes utiliza para promocionar sus viajes a India. Sin embargo, no es la primera vez que esa publicidad aparece en un periódico iraní.
"Incluso ha salido en Iran", asegura una periodista local que pide el anonimato. Pero a diferencia de este diario gubernamental, Hamshahri (que en persa significa Conciudadano) está editado por el Ayuntamiento de Teherán, cuyo alcalde Mohammad Baqer Ghalibaf, es un importante rival conservador de Ahmadineyad, frente a quien perdió las elecciones de 2005. Y desde hace algunas semanas, alcalde y presidente se hallan enfrascados en una batalla política por el control del metro de la capital.
La pugna con el alcalde de Teherán
"Según la ley, son los ayuntamientos los responsables de construir, operar y gestionar los sistemas de metro", declaró Ghalibaf el pasado domingo durante la inauguración de una biblioteca. Sus palabras sacaron a la luz su oposición a los planes del presidente. Aunque el Ayuntamiento de Teherán recibió el encargo de ocuparse del metro en 2001, Ahmadineyad, que fue alcalde de la ciudad entre 2003 y 2005, declaró el pasado día 11 que su administración había decidido hacerse cargo de la Compañía de Metro Urbano y Suburbano.
Detrás de esa lucha, hay también un trasfondo económico. El metro está pendiente de una necesaria obra de ampliación que, según los observadores, va a generar cuantiosas comisiones a sus gestores. "Ahmadineyad quiere librarse del hijo de Rafsanyaní", interpreta la periodista antes citada que sigue la información local. Mehdi Hashemí, hijo del veterano político Ali Akbar Hashemí Rafsanyaní, gestiona el metro de Teherán desde 1997.
Rafsanyaní, que fue presidente de Irán entre 1989-1997 y en la actualidad encabeza dos importantes centros de poder, se encuentra en el punto de mira de Ahmadineyad. Éste, molesto por su apoyo a los reformistas durante las elecciones del pasado junio, le acusó durante la campaña de haberse enriquecido ilícitamente. Tras el controvertido resultado de los comicios y la represión con que el Gobierno acalló a los descontentos, Rafsanyaní pidió la libertad de todos los detenidos y desde entonces se ha vetado su presencia en las plegarias del viernes, un importante púlpito político que ahora monopolizan los ultra conservadores.
Resulta difícil contrastar esa interpretación en el actual clima de censura que impera en Irán. Ahmadineyad y sus aliados parecen dispuestos a acallar la más mínima crítica a su trabajo. Así, una vez eliminadas todas las publicaciones reformistas, ha llegado el turno de las conservadoras moderadas. Sólo así se explica el cierre de Khabar, el quinto periódico clausurado desde junio y que está vinculado a otro rival conservador del presidente, el ex negociador nuclear y actual presidente del Parlamento, Ali Lariyaní.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.