El 'partido tránsfuga' gana en Colombia
La reubicación de miles de políticos rompe con la hegemonía bipartidista de liberales y conservadores
El mapa político colombiano ha cambiado. El fenómeno del transfuguismo, que llevó a 57 congresistas y a más de 2.000 políticos regionales a cambiar de formación política, fortaleció al más uribista de los partidos de la coalición del Gobierno, el Partido de la U, hizo desaparecer prácticamente a los que ya se habían desdibujado por el maridaje con los grupos paramilitares y a otros pequeños movimientos. "El futuro será de un país con cinco o seis partidos fuertes", dijo a EL PAÍS el asesor político Héctor Riveros.
Este proceso de reubicación, señala el analista, es la culminación de la pérdida de la hegemonía de los dos grandes partidos —el Liberal y el Conservador— vigente en este país hasta 1991 cuando empezó a resquebrajarse el esquema.
Pero este cambio "normal", tuvo un origen no tan "normal", recuerda el analista. El trasteo se dio bajo el amparo de una cuestionada reforma política que entró en vigor en junio de este año. El interés del artículo que permitió a los políticos cambiar de camiseta —la opción terminó el lunes pasado— era salvar el referéndum reeleccionista para abrir la posibilidad de un tercer mandato de Álvaro Uribe.
El referéndum obtuvo el visto bueno final del Congreso gracias a que un día antes de la votación tres representantes de Cambio Radical recibieron la credencial del Partido de la U. Cambio Radical perteneció a la coalición de Gobierno pero se alejó por el tema de la reelección; quieren su propio candidato. Fue el partido más golpeado por el transfuguismo.
El partido de la U ganó siete senadores y 14 representantes en la Cámara y engrosó sus filas en asambleas y consejos de todo el país. La campaña fue tan fuerte que en dos días la U convenció a 137 concejales para unirse a su causa. El partido conservador, también de la coalición de Gobierno, fue otro de los grandes ganadores.
A nivel regional los cambios de camiseta tocaron a todos los partidos, incluidos los de la oposición. El Partido Liberal sumó 502 concejales.
Detrás de este trasteo hubo más intereses de conveniencia personal y prebendas, que razones ideológicas. Esto ha sido calificado desde muchos frentes de "vergonzoso". Les irá mejor en la elecciones legislativas que se celebrarán el próximo mes de marzo a quienes estén más cerca del gran favorito. Ellos a la vez, son la punta de lanza de la campaña del referéndum reeleccionista que podría ser votado a comienzos del año próximo. El apoyo al tercer mandato de Uribe, dicen las encuestas, ha aumentado al ritmo que aumenta la tensión con Venezuela.
Las presidenciales, en las que aspira estar el presidente colombiano, Álvaro Uribe, como candidato, son en mayo. Las encuestas son claras: si se presenta, Uribe arrasa con sus oponentes.
Pero el gran debate en Colombia tiene que ver con un concepto de la Corte Suprema de Justicia al declarar "inviable" el jueves por la noche la terna enviada por la presidencia para elegir fiscal. Unos hablan de rebeldía de la Corte, de un episodio más del enfrentamiento entre el Ejecutivo y el legislativo generado por los juicios que adelanta la Corte a los políticos implicados en el escándalo por nexos con paramilitares, la mayoría de ellos uribistas.
Otros le dan la razón a los magistrados. Después de haber sido elegidos aparecieron escándalos que ensombrecen el pasado de dos de los candidatos; estos hechos podrían entorpecer el ejercicio de sus funciones de resultar elegidos. "Es deber inexcusable del jefe del Estado presentar una terna que le permita a la Corte acertar con un mayor grado de seguridad", dijo el decano de derecho de la Universidad de los Andes. Ayer, la situación era muy tensa. El presidente Álvaro Uribe aseguró que no cambiará la terna y exigió a la Corte que elija ya, entre ellos, al fiscal. Desde hace 45 días, cuando terminó el periodo del anterior, actúa un fiscal interino.
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