Micheletti vuelve a decretar el toque de queda en Tegucigalpa
Una multitudinaria manifestación a favor de Zelaya había desembocado en disturbios en las calles
El Gobierno de facto de Honduras ha vuelto a decretar este martes (madrugada del miércoles en España) el toque de queda en Tegucigalpa tras la multitudinaria y violenta manifestación que horas antes había llevado a más de 10.000 partidarios del depuesto presidente, Manuel Zelaya, a reclamar su retorno al poder.
El toque de queda, ha explicado el Gobierno presidido por Roberto Micheletti, regirá entre las 22.00 y las 05.00 hora local (06.00 a 13.00, hora peninsular española). Desde que Zelaya fue derrocado por los militares, el pasado 28 de junio, la administración de Micheletti impuso un toque de queda en todo el país que estuvo un vigor hasta el 31 de julio pasado. Desde ese momento, la ordenanza quedó en vigor solamente en la línea divisoria con Nicaragua del oriental departamento de El Paraíso, por donde Zelaya pretendió entrar a su país el día 24 de ese mismo mes.
El nuevo toque de queda llega tras una nueva manifestación -la más concurrida desde la del pasado 5 de julio, con motivo del frustrado regreso al país de Zelaya-, que ha concluido con varios incidentes violentos, como el incendio de un autobús de la ruta urbana de la capital y el de un restaurante de comida rápida.
Los incidentes se produjeron cuando simpatizantes de Zelaya, la mayoría habían llegado en caminatas desde el interior del país, regresaban de los alrededores de la Casa Presidencial, donde llevaron a cabo un plantón de protesta durante varias horas, hacia la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) para pasar la noche.
Fuentes policiales aseguran que los manifestantes cometieron "actos de vandalismo" contra negocios e instituciones "desde que se retiraron" de las cercanías de la Casa Presidencial. En relación con el incendio del autobús, un dirigente de un gremio de maestros, participante en la manifestación, ha asegurado que este fue incendiado después de que un pasajero le disparara a uno de los protestantes.
Sin determinar con claridad las circunstancias del hecho, el dirigente agregó que el resto de los pasajeros pidió al chófer que frenara para capturar al presunto agresor, "pero, al negarse, le acusaron de cómplice y prendieron fuego al autobús". Medios locales y la Policía informaron de que, poco después del incidente con el autobús, un grupo de simpatizantes de Zelaya quemó el restaurante.
Los efectivos de seguridad respondieron a estas protestas con bombas lacrimógenas con las que actuaron incluso en la Universidad Pedagógica. Mientras tanto, otra manifestación similar se celebró sin incidentes en San Pedro Sula, al norte, la segunda ciudad más importante del país.
Los seguidores del depuesto mandatario tienen previsto permanecer toda la semana en la capital, aunque el dirigente popular Juan Barahona ha afirmado que la estancia se prolongará hasta que regrese el depuesto gobernante y Micheletti salga del poder.
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