Cinco senadores del PT se rebelan contra Lula y piden la renuncia de Sarney
Primero la oposición y ahora una parte del PT insisten en que Sarney, que fue el primer Presidente de la República después de la dictadura militar, debe abandonar su cargo.
A pesar de las presiones del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, para que el Partido de los Trabajadores (PT) defienda al presidente del Senado, José Sarney, acusado de corrupción, cinco senadores de esta formación política se han distanciado y exigen la renuncia de Sarney y la refundación de la Cámara alta, que vive los momentos de mayor desprestigio de la democracia.
El incendio político en el Senado de la República de Brasil sigue vivo. Primero la oposición y ahora una parte del PT insisten en que Sarney, que fue el primer Presidente de la República después de la dictadura militar y que ha sido y es una de las personalidades de mayor peso en la política del país desde hace 50 años, debe abandonar su cargo.
Sarney es el líder simbólico y real del Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB), el aliado más importante del Gobierno e imprescindible para que Lula logre que la ministra Dilma Rousseff sea designada candidata a la presidencia el año próximo. Y a pesar de ello, los cinco senadores del PT se han opuesto a la llamada de Lula para cerrar filas en torno a Sarney.
Al frente del grupo se encuenta la ex ministra de Medio Ambiente Marina Silva, que goza de gran popularidad y credibilidad en las cuestiones relacionadas con la defensa de la Amazonia y que dejó su cargo por incompatibilidad con la política medioambiental del Gobierno. Los otros cuatro senadores, todos de peso, son Tião Viana, Eduardo Suplicy, Paulo Paim y Flavio Arnes.
Según Silva, la cuestión del Senado es más ética que política. Y alega que en el Senado, que representa a todos los Estados del país, "se ha instituido un poder paralelo sin control alguno, dando lugar a una profunda crisis institucional".
Para los senadores disidentes, no basta con castigar a los presuntos culpables de corrupción, sino que es necesario crear una Asamblea Constituyente para revisar la concepción misma del Senado y desintoxicarlo de sus incrustaciones mafiosas y corruptas. En respuesta a Lula, que defendió ante su partido la importancia de la permanencia de Sarney para asegurar la gobernabilidad, los senadores recuerdan que el compromiso del Senado con la ética está por encima de la gobernabilidad, como pide a gritos la opinión pública.
Los cinco senadores plantean incluso la posibilidad de que el PT, que ejerce el poder, y el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), que es el partido más importante de la oposición, se unan en este momento para intentar salvar la dignidad del Senado, amenazada por los escándalos. "El PT no puede resolver solo las cosas. Necesitamos la ayuda de todos, incluyendo la oposición, para sacar a flote la institución", ha advertido la senadora Silva.
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