Una empresa paga a indígenas brasileños para que protejan la selva amazónica
Una comunidad recibirá unos 365.500 euros por vigilar sus reservas
Los 1.184 indígenas de la tribu brasileña tembé-ténêtéhar, que habitan en la reserva amazónica de Alto Río Guamá en el Estado de Pará (norte del país), firmará un contrato para la venta de créditos de dióxido de carbono por un millón de reales al año (unos 365.500 euros). A cambio, los indígenas se han comprometido a preservar la flora de su reserva, que ocupa una extensión de 279.000 hectáreas en la selva amazónica.
La propuesta no ha sido del Gobierno brasileño, sino de la empresa estadounidense C-Trade. La Universidad Federal de Pará definió el modelo de gestión del acuerdo. Las gestiones llevaron cerca de un año de negociaciones. El convenio será firmado esta semana en Belém, capital de Pará, donde ya se encuentra el presidente de C-Trade, Ronald Schiflett, quien suscribirá el acuerdo con una delegación de los tembé-ténêtéhar, que aún no ha podido llegar desde su aldea, a 200 kilómetros de la ciudad, debido a las fuertes lluvias que han azotado a la región.
Los indígenas tembé-ténêtéhar sufren el acoso continuo de las empresas de madera que se introducen ilegalmente en la reserva y destruyen miles de hectáreas de selva. Los traficantes suelen sobornar a los nativos para que no opongan resistencia a la tala ilegal de cientos de miles de árboles. La empresa estadounidense espera que, al otorgarles un ingreso por cuidar la selva, los indígenas se conviertan en los mejores guardianes de un inmenso almacén de dióxido de carbono.
¿Cómo se ha calculado el valor del gas? El Instituto de Investigación Ambiental de la Amazonia (Ipam) calcula que cada hectárea de la reserva capta unas 145,39 toneladas de dióxido de carbono. El gas que absorben las tierras de los tembé-ténêtéhar, que ocupan unos 281 territorios indígenas de la Amazonia y 61 reservas, representan un volumen total de unos 15.000 millones de toneladas de dióxido de carbono. El equivalente a una tercera parte de los 47.000 millones de toneladas que capta la selva amazónica, llamada uno de los pulmones de la tierra.
Los especialistas han advertido de que si todo ese volumen de carbono fuera liberado para la atmósfera, el resultado agravaría el cambio climático.
Según este instituto, el carbono que albergan las tierras indígenas representa ocho veces el esfuerzo global de reducción previsto por el Tratado de Kioto, que aún no ha tomado en cuenta medidas como la venta de reservas de dióxido de carbono de la selva amazónica.
La medida será, sin embargo, estudiada en la próxima conferencia del clima, que tendrá lugar a finales de este año en Copenhague, Dinamarca. Hasta ahora se mantendrá como una ayuda voluntaria, que parte de intereses privados, como los de la empresa estadounidense C-Trade que ayudará a los indígenas a evitar la emisión de carbono a la atmósfera.
Las familias de los tembé-ténêtéhar recibirán mensualmente un sueldo, algo parecido a lo que el Gobierno Lula hace con la Bolsa Familia, una contribución que equivale al 2,5% del gasto del Gobierno brasileño y que ayuda a más de 12 millones de familias pobres del país.
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