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Este pescado huele

Por la cabeza y por la cola. Por todos lados se extiende el mal olor. Empieza esta semana la campaña para el Parlamento Europeo y no puede ser peor el espectáculo. La catarsis ha llegado a Westminster, donde no se sabe donde termina el purismo democrático y empieza la antipolítica, en una metamorfosis del antieuropeísmo que pronto mostrará su verdadero rostro, sobre todo si David Cameron consigue el adelanto de las elecciones generales que le abriría las puertas de Downing Street. Peligraría en tal caso el propio Tratado de Lisboa, pues el líder tory acudirá a las urnas con la promesa de un referéndum de revocación que situaría a la Unión Europea en una situación terminal. Esto es lo que sucederá si Irlanda y la entera Unión no han ratificado el tratado antes de la entronización del líder conservador.

En el flanco mediterráneo, el mal olor es todavía más intenso. No estamos hablando de corruptelas como en el caso de Londres sino de algo más serio: la mezcla de populismo xenófobo y de corrupción mafiosa es letal para la democracia y para Europa. La caza del inmigrante y del extranjero, ya practicada de forma extensiva en muchos países de la Europa central, se está convirtiendo en ley en la Italia de Berlusconi, donde muchos empiezan a temer incluso por la propia libertad de prensa.

Empieza la campaña para las elecciones europeas, es cierto, y en estas circunstancias se puede esperar cualquier cosa de los excesos demagógicos. Aún hay suerte de que en los dos países centrales, Francia y Alemania, la demagogia electoral se concentre en marcar a los turcos las fronteras de una Europa en la que jamás ingresarán. Sarkozy y Merkel han desmentido, solemnemente, a cuatro manos, a Barack Obama en su viaje a Europa y Anatolia, con la vista puesta en el tendido electoral y mucha más vergüenza torera que quienes exhiben los peores sentimientos racistas y xenófobos.

La fuerza de Ankara está, por supuesto, en el pasado de su larga relación con Europa, anterior a las peticiones de ingreso de numerosos países (como España) y más profunda en muchos casos a través de su integración fundacional en la OTAN; pero más todavía en las líneas que le marcan el futuro y la ambición turca de hacer compatible un papel central en todas direcciones: Caúcaso y Asia central, Oriente Próximo y Europa.

Mucho me temo, tal como están las cosas, y vista la debilidad y la anemia política de los europeos, que si un día Turquía decide que no quiere de verdad ingresar en Europa significará que Europa ha dejado de tener el más mínimo interés para sus vecinos y para el mundo. Este día puede estar mucho más cerca de lo que creemos. No es la cabeza ni la cola, es el entero pescado europeo el que huele.

Comentarios

Como el resto de las grandes corporaciones, Europa S.A., está sufriendo una profunda crisis......y los accionistas llamados ha votar el nuevo consejo de administración......desean ver los resultados de los últimos ejercicios. Un saludo.....Manuel
Una Unión Europea, que está teniendo tantísimos problemas para integrar a los países del Este, que por momentos amenaza con deshilacharse, ¿estará en condiciones de digerir la integración de Turquía? Yo aún espero escuchar algún día los razonamientos de nuestro presidente sobre su apoyo sin fisuras al ingreso turco. La opción de socio privilegiado no me parece tan mala. Habrá un día que fijar las fronteras de Europa, ¿no? Respecto al Reino Unido, si pone más trabas (¿cuántos países no apoyan el ingreso de Turquía para hacer encallar la profundización?) a lo mejor nos hace un favor y nos empuja a poner en marcha la Europa de dos (o tres, o cuatro) velocidades. Avanzar al ritmo del más lento o reticente hace tiempo que dejó de ser una buena idea. Muy malos tiempos para una Europa sin liderazgo. !Y según nuestro presidente la solución para la Comisión es más de lo mismo: Durao Barroso! !Cuánto despropósito junto! Por no hablar de Mayor Oreja... Ante tanto despropósito, creo que esta vez un europeísta convencido se queda en casa.
Sobre Turquía: Sí a Turquía si: - cumple con los criterios de Copenague - reconoce y deja de ocupar miltarmente un país del club, Chipre - reconoce el genocidio armenio
"Este pescado huele"... que alimenta a algunos. Para comprobarlo basta con leer la prensa de uno y otro lado del Atlántico. No limitemos el aroma al pescado europeo, Lluís. No seamos proteccionistas en eso. El pescado del otro lado del charco apesta tanto o más que el nuestro. La cuestión es dónde encontrar pescado fresco.
a proposito de las elecciones europeas: me echo a temblar al pensar lo que va a costar la propaganda de estas elecciones en un tiempo de crisis. Mientras miles de obreros en paro se quedan sin el subsidio y sus familias pasan verdadera necesidad, gastamos millones de euros tan alegremente. Todos sabemos de nuestra obligación de ejercer el voto, pero sería mucho más satisfactorio ejercerlo sabiendo que eliminando el gasto de propagandas sirve para paliar este grave problema. ¿No sería buena idea que los partidos políticos se pusieran de acuerdo y recortaran este apartado para dedicarlo a tanta necesidad de nuestro país?....
Con los prestamos que recibiran los partidos politicos para publicidad de las proximas Elecciones al Parlamento Europeo, cientos de pequeñas y medianas empresas renacerian de nuevo. Pero la banca no esta por la labor, le interesa tenerlos siempre a sus pies. Salud.
Malos tiempos para la lírica europea!
María, se nota que tú no trabajas en el sector de la publicidad...

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