La crisis en el Senado de Brasil se agudiza
Ya han sido destituidos 50 de los 181 funcionarios que ejercían como directores ejecutivos
El Senado de Brasil ya ha abierto irremediablemente la caja de los truenos. Su crisis se agudiza día a día: ya han sido destituidos 50 de los 181 funcionarios que ejercían como directores ejecutivos, premiados con jugosos salarios. Y aún quedan 131 en activo.
Mientras, en los sondeos nacionales, los brasileños colocan al Parlamento en los últimos lugares del índice de confianza en las instituciones. Este agravamiento de la crisis preocupa a los políticos, que temen que la opinión pública acabe cuestionando la propia utilidad el Senado.
El total del presupuesto para esta institución en 2009 es de 1.300 millones de dólares. Estos recursos se destinan en su inmensa mayoría a pagar los sueldos y jubilaciones de 9.000 funcionarios; de ellos, 402 ganan más que los propios senadores.
Pero lo que ha puesto el grito en el cielo ha sido la publicación ayer en los medios de comunicación de la actividad del Senado desde febrero (cuando comenzó el nuevo curso tras las vacaciones de Navidad - hasta ahora. En menos de dos meses, los senadores han votado un único proyecto de ley y algunas designaciones de embajadores. El resto del tiempo lo dedicaron a aprobar 18 homenajes, muchos de ellos absolutamente perentorios, como los realizados al ex presidente surafricano Nelson Mandela, que el pasado julio cumplió 90 años; a la ex rehén de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) Ingrid Betancourt, liberada también en julio, y al ex candidato republicano a la presidencia de EE UU John McCain, por un discurso en el que reconocía la victoria de su rival, Barack Obama. Por si fuera poco, durante el presente mes de marzo, los senadores dedicaron parte de su tiempo a demostrar su solidaridad con el pueblo estadounidense por la pérdida de seres queridos en el atentado terrorista del 11-S contra las Torres Gemelasde Nueva York, hace ocho años.
Horas extraordinarias
Y para finalizar la lista de escándalos, en el mes de enero, durante el cual el Senado estuvo cerrado por vacaciones, más de 3.300 funcionarios del Senado recibieron casi tres millones de dólares en horas extraordinarias.
La situación es tal que el ex presidente Fernando Henrique Cardoso, fundador del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), aseguró ayer que el Congreso brasileño "ya no representa nada", y recordó que lo que está ocurriendo "provoca una situación de desmoralización extraordinaria". Cardoso se preguntó: "¿Cómo tener democracia sin respeto al Congreso? ¿Pero cómo respetarlo, si cada día los medios de comunicación informan sobre nuevos escándalos?".
Así las cosas, el nuevo presidente del Senado, José Sarney, ha pedido una reestructuración a fondo y urgente de la Cámara, antes de que aumente su desprestigio ante la opinión pública.
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