Unidad para salir de la crisis
La actual coyuntura es propicia para la integración de América Latina, según el economista José Antonio Ocampo
Superar las propias divisiones políticas que se generan al estar América Latina dividida en tres tipos de regímenes (izquierda, centro-izquierda y derecha) ha de ser el primer paso para después abordar un reordenamiento de la región, en opinión del economista colombiano José Antonio Ocampo, profesor de la Universidad de Columbia (Nueva York). La actual coyuntura, con un tsunami financiero procedente de Estados Unidos que inunda la economía latinoamericana, especialmente desde el pasado mes de septiembre, es una buena ocasión. La capacidad de conseguir un rumbo unificado, sin embargo, no se ve tan sencilla.
"Habría que utilizar la integración regional como un instrumento de manejo para la crisis; de hecho, hoy sería una de las mejores oportunidades para hacerlo", asegura quien fue secretario general adjunto de Naciones Unidas para Asuntos Económicos y Sociales y secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). Pero a Ocampo no le pierde el entusiasmo, es realista a la fuerza: "La tentación es más bien la apuesta, la de protegerse del vecino". Hay excepciones, sí, como la de Brasil -reconoce- que ha buscado ejercer un liderazgo regional, y aunque en parte lo ha conseguido, no ha logrado unificar la región.
"Habría que utilizar la integración regional como un instrumento de manejo para la crisis; de hecho, hoy sería una de las mejores oportunidades para hacerlo"
Para Ocampo, un ejemplo de las divisiones tan profundas que persisten en Latinoamérica se refleja en las negociaciones entre la Comunidad Andina (CAN) y la Unión Europea (UE). Esta misma semana, Bolivia subrayó que los acuerdos bilaterales entre los otros tres miembros de la CAN (Perú, Colombia y Ecuador) y la UE sólo destruyen la integración regional. Las diferencias internas entre los países andinos llevaron primero a Perú y Colombia, y luego a Ecuador, a dar por fracasadas las negociaciones "bloque a bloque" con los europeos y a buscar acuerdos comerciales bilaterales.
Venezuela, con margen
Ocampo, que impartió en la Casa de América en Madrid una conferencia sobre los efectos de la crisis económica en América Latina, está convencido de que el principal problema para la región está vinculado con la duración de esta situación caótica. De prolongarse, la buena preparación con la que se ha afrontado la tormenta financiera se esfumará. "El margen [de bonanza] sirve para algo a corto plazo, pero, en caso de una recesión que dure varios años, esas líneas se van a ir debilitando", opina José Antonio Ocampo.
Un agotamiento de las reservas internacionales, que en el momento de afrontar la crisis estaban en un nivel histórico, es uno de los puntos más vulnerables para los países latinoamericanos. Pero no es el único flanco débil. "Los países de base minera, los países andinos, es decir, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Chile, van a ser los que más noten el deterioro, porque la caída de los precios de sus productos, que antaño les benefició, es muy fuerte. Desde un punto de vista financiero, México y Brasil van a ser los grandes afectados".
Si bien todos los países están adoptando medidas para paliar los daños, hay Estados que lo necesitan más que otros. Es el caso de Venezuela, que durante años ha crecido de la mano de un barril de crudo a precio desorbitado, y que tendrá que abordar un "plan de ajuste", según Ocampo, que a priori no parece ir muy en la línea de las políticas de Hugo Chávez. "Venezuela tiene que abordar un plan orientado a moderar la inflación, como también debería de hacer Argentina, al mismo tiempo que hacer un ajuste externo". ¿Qué ocurriría en caso de que no se tomasen las medidas oportunas? "Venezuela aún tiene margen para aguantar", reconoce Ocampo.
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