_
_
_
_

Vivir cada día con molestos controles

Octava entrega del diario de la enviada especial de EL PAÍS con sus impresiones sobre la vida en Bagdad

Ángeles Espinosa

¿He hablado ya de los controles? Tengo la impresión que a los iraquíes les molestan más los puestos de control que los ocupantes, aunque los unos son consecuencia de los otros. Qué perdida de tiempo y de paciencia. Además está prohibido utilizar el móvil mientras los cruzas. Como no queda otra, me dedico a observar los procedimientos y así he descubierto el último 'juguete' de las fuerzas de seguridad iraquíes.

Se trata de un detector de explosivos y armas. El aparatito tiene una especie de antena que vibra cuando sus sensores descubren trazas de explosivo. Como un zahorí, el agente encargado del ingenio pasa junto a tu coche, sin ni siquiera mirarte, concentrado en la caja negra que tiene entre las manos. Y todos pendientes de la antena. No la he visto vibrar nunca, pero Abbas que como estuvo en el Ejército con Saddam se considera una autoridad en estos asuntos, levanta las cejas escéptico.

Más información
Cada vez más árabe
Móviles que desunen
Un Irak en guerra y con generadores
Mugre, burocracia y un ángel
Por fin un signo de normalidad
Las cicatrices de la guerra
Adiós, Irak

Al parecer, la antenita de marras no sólo se emociona con la pólvora sino también con las colonias fuertes. Circula una historia apócrifa de un atildado iraquí al que el detector puso en evidencia. La verdad es que yo, advertida de que a los islamistas radicales no les gusta el perfume, evito ese riesgo. Claro que cuando te han manoseado de arriba abajo siete veces en 500 metros, cualquiera sabe a qué huele una.

Lo del manoseo me pasó ayer cuando acudí a una conferencia de prensa en el hotel Al Rashid, dentro de la denominada Zona Internacional. Primero la acreditación y el bolso. Luego la acreditación y el pasaporte. Primer cacheo. Ahora deje aquí sus cosas y espere afuera mientras las olfatea el perro. Segundo cacheo... Para los iraquíes es un calvario diario. No entiendo para que pasamos tanto escáner corporal y tanto control biométrico si al final la única forma de descartar que seamos terroristas es el cacheo tradicional (y a conciencia).

"Con un registro bien hecho en la puerta de entrada valdría", concede un experto, "pero entre la corrupción y que los iraquíes no se fían unos de otros, se han multiplicado los filtros". Tal vez ésa sea la explicación par la variedad de nacionalidades que les acompaña en los accesos a la Zona Verde. Hay ugandeses, peruanos, fiyianos y no sé de cuántos países más, que todo lo que conocen de Irak son sus puestos de control.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO
Un niño iraquí observa a un militar estadounidense en Bagdad.
Un niño iraquí observa a un militar estadounidense en Bagdad.FRANCE PRESS

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_