Nicaragua, sin presupuesto
En medio de duros enfrentamientos en el Legislativo oficialismo y oposición se marchan de vacaciones navideñas sin aprobar las cuentas del país
Los diputados de la Asamblea Nacional de Nicaragua se fueron de vacaciones navideñas dejando al país estancado. Los legisladores no aprobaron el presupuesto para 2009 y una serie de préstamos de hasta 108 millones de dólares que garantizarían la salud económica del país más pobre de Centroamérica, inmerso en una profunda crisis política tras el resultado de las elecciones municipales del pasado 9 de noviembre ?denunciadas como fraudulentas?, y con un panorama poco esperanzador tras el anuncio de Estados Unidos, la Unión Europea y organismos financieros internacionales de congelar la ayuda hasta que el Gobierno que encabeza el ex guerrillero Daniel Ortega solucione el trance.
La parálisis de la Asamblea ha recrudecido la crisis nicaragüense. Incapaces de ponerse de acuerdo, diputados oficialistas y sus aliados se enfrentaron con los legisladores de oposición, con el fin de lograr los 47 votos reglamentarios para celebrar una sesión y aprobar leyes fundamentales, como el presupuesto. La oposición se negó a participar en la sesión como una forma de presión al Gobierno para que declare nulas las elecciones del 9 de noviembre, en las que el gobernante Frente Sandinista obtuvo 105 de las 146 municipalidades en disputa. Los diputados sandinistas fracasaron en dos ocasiones en sus esfuerzos por lograr los 47 votos, y cerraron el año legislativo sin resolver la crisis.
El presidente de la Asamblea, el sandinista René Núñez, llamó "irresponsables" a los diputados de oposición y los culpó de las consecuencias por no aprobar los fondos necesarios para la frágil economía nicaragüense, cuyos motores fundamentales son los préstamos externos, donaciones y remesas. Al menos dos de esos motores amenazan con fallar. Los donantes, encabezados por EE UU y la UE, anunciaron la congelación de la ayuda que ofrecen a Nicaragua, condicionándola a una solución a la crisis política.
El embajador de Estados Unidos, Robert Callahan, lanzó un ultimátum de 90 días al Gobierno de Ortega para que encuentre una solución, o de lo contrario su país cancelará la Cuenta Reto del Milenio, un importante programa de cooperación con una inversión de 175 millones de dólares en infraestructura, que se desarrolla en las zonas más pobres del oeste de Nicaragua. Callahan fue más categórico al afirmar que, de no haber una respuesta, se "podría precipitar una cadena de consecuencias serias" para Nicaragua. La Unión Europea también anunció el congelamiento de la ayuda directa al presupuesto, por unos 47 millones de dólares.
El retiro de la ayuda preocupa a los economistas, que auguran un 2009 poco esperanzador para la economía nicaragüense. Los expertos prevén que el crecimiento económico será apenas de 1,6% el próximo año. Las exportaciones del país, que este año crecieron el 4,8% en comparación con el año anterior, en 2009 caerán hasta el 0,9%, debido a la baja en los principales productos de exportación nicaragüenses, como el café, carne, lácteos y azúcar. La economía de Nicaragua es pequeña, exporta al año poco más de mil millones de dólares, un tercio del cual lo dirige a Estados Unidos.
Las mayores presiones caen sobre el presupuesto del país, elemental para garantizar el funcionamiento del Estado y el gasto social. Los expertos estiman que, para poder funcionar, el Gobierno tendrá que saldar el déficit del presupuesto con más préstamos externos por el orden de los 7.000 millones de córdobas. Unos 350 millones de dólares.
Las consecuencias de la crisis ya se han empezado a sentir. El jueves los nicaragüenses se desayunaron con la disposición de que sólo podrán hacer préstamos que equivalgan al 40% de su salario, en un país donde el ingreso mínimo promedio es de 200 dólares. Ésta es una medida tomada por la Superintendencia de Bancos, el órgano rector de la banca nacional, para evitar una crisis bancaria.
"Los problemas políticos agudizan los económicos, en momentos en que la economía mundial vive la recesión más violenta de la historia", dijo el analista Carlos Tünnermann. "El Gobierno desarrolla una política totalmente equivocada, que lleva al empobrecimiento del país. Son los más pobres los que van a sufrir las peores consecuencias por la retirada de la ayuda", explicó.
Tunnermann dijo que la única salida a la crisis que sufre Nicaragua es que haya un acuerdo político entre el Frente Sandinista y la oposición para realizar un recuento de los votos en los municipios donde los resultados electorales fueron más cuestionados. El recuento, dijo, debe hacerse con el apoyo de observadores nacionales y extranjeros, para garantizar la fiabilidad del proceso. En noviembre pasado, la Comisaria Europea de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, ofreció su apoyo al Gobierno para realizar un recuento de votos e incluso nuevas elecciones, pero no hubo respuesta oficial a ese ofrecimiento.
Ortega pone la mira en Rusia
El presidente Daniel Ortega denunció un "bloqueo económico" contra Nicaragua de parte de Estados Unidos y la Unión Europea por la decisión de congelar la ayuda que otorgan al país. Ortega calificó a norteamericanos y europeos de "esclavistas y antidemocráticos" durante su intervención en la Cumbre de América Latina y el Caribe, celebrada esta semana en Brasil.
El presidente ha dicho públicamente que lamenta la congelación de la ayuda, pero también afirma que esto "hace más libre a Nicaragua", porque supone una menor dependencia hacia quienes él ha llamado en varias ocasiones neocolonialistas.
Consciente del golpe que significaría el retiro de la ayuda europea, ha dirigido su mirada a Rusia, la que fue su principal aliada en la década de 1980, en plena guerra fría. Ortega llegó el miércoles al Kremlin y estaba prevista una reunión con el presidente ruso, Dmitri Medvédev. Rusia prometió el capital necesario para desarrollar la construcción de un canal acuático, centrales eléctricas, apoyo a la agricultura y la ganadería, construcción de un puerto de aguas profundas en la costa del Caribe del país y el desarrollo de programas de educación, salud, ciencia y tecnología.
Esas promesas llegan en momento oportuno a Ortega, que se encuentra en aprietos por el anuncio de Venezuela de congelar la construcción de una costosa refinería en el oeste del país. Caracas anunció que revisará los programas de apoyos con varios de sus aliados debido a la baja en el precio del petróleo venezolano, que en las dos primeras semanas de diciembre se cotizó a 35 dólares por barril.
Mientras Ortega mira la ayuda rusa como su tabla de salvación, economistas y políticos de oposición afirman que es poco probable que Rusia cumpla con sus promesas. "La idea de las grandes inversiones son nuevamente sueños, sueños muy difíciles de concretar", afirmó el diputado disidente del FSLN, Víctor Hugo Tinoco.
El Parlamento Europeo (PE) aprobó ayer una resolución en la que condena la situación de las libertades civiles, la democracia y los activistas en favor de los derechos humanos en Nicaragua, además de la falta de transparencia con que se desarrollaron las últimas elecciones locales, informa la agencia Efe.
En la resolución, la Eurocámara lamentó la situación en la que se celebraron las elecciones municipales del pasado 9 de noviembre y afirmó que sus resultados "carecen de legitimidad democrática alguna.
Los eurodiputados denunciaron la "falta de voluntad" que las autoridades nicaragüenses mostraron para "organizar un proceso genuinamente democrático", y lamentaron las agresiones dirigidas en particular a los medios de comunicación. El PE también mostró su preocupación por los avances de la consolidación democrática y la gobernabilidad en Nicaragua].
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.