México levanta su muro
La oposición cubana en el exilio denuncia que el nuevo acuerdo migratorio entre México y la isla caribeña torpedea la última ruta de los balseros
La huida incesante de cubanos de su isla abre continuas rutas de escape. La desesperación obliga. Pero otras se cierran. Los intereses y las hipocresías así lo indican. México, el mismo país que acogió a los republicanos españoles huidos de Franco y protesta ante el trato dado por Estados Unidos a los inmigrantes indocumentados que llevan entrando hace muchos años en el país, ha firmado un acuerdo migratorio con Cuba para devolver a los que usan cada vez más su territorio como trampolín en busca del cada vez más imposible sueño americano. Ha levantado su propio muro, el que tanto ha criticado a su vecino del norte, pero con una gran diferencia. Mientras los mexicanos emigrantes buscan sólo prosperidad, los cubanos también libertad.
El acuerdo entró en vigor el jueves tras firmarse hace un mes con cargas de profundidad morales y económicas. Entre los firmantes, junto al canciller cubano, Felipe Pérez Roque, estuvo Juan Camilo Mouriño, el secretario de Interior mexicano de origen vigués fallecido en accidente de aviación apenas 15 días después.
Serán deportables tres grupos: los balseros que llegan a las costas mexicanas; los que entran por tierra desde Centroamérica (muchos de ellos también balseros arribados a Honduras), y los que salieron legalmente de Cuba, pero no regresaron y también están en situación irregular. Pero el acuerdo, sobre la base de luchar contra la emigración ilegal y el tráfico ilícito de personas, incluido el robo y secuestro de barcos, tiene su letra pequeña y su fondo, a caballo entre la deuda cubana con México y las reservas siempre de Cuba sobre quién regresa. "No se solucionará nada", ya se ha curado en salud el embajador cubano en México, porque "la culpa de todo la tiene Estados Unidos mientras mantenga la Ley de Ajuste, que fomenta la emigración ilegal". En los puntos tercero y cuarto del acuerdo se ataca a EE UU por su "bloqueo" (embargo) y su política migratoria.
Sin embargo, existe la teoría de que México ha dado el paso de "cerrar la frontera sur del vecino" como gesto de intercambio político para agilizar la reforma migratoria que tanto favorecería a millones de sus ciudadanos.
Hasta ahora sólo se conocían las penurias de cubanos retenidos en México, en condiciones muchas veces lamentables, entre la incomprensión, el tráfico y la corrupción del negocio. El acuerdo es una vuelta de tuerca sustancial, aunque hay datos de que la gran mayoría eluden todos los controles y logran entrar en Estados Unidos. Todo es un inmenso negocio de tráfico humano, paralelo al de la droga.
En Miami se acusa al Gobierno castrista de forzar el acuerdo para impedir la competencia que ha invadido su viejo comercio de salidas "a conveniencia".
Roberto Hernández del Llano, ex mayor de la inteligencia cubana, que este mismo año denunció múltiples tropelías de los dirigentes castristas con imágenes que él mismo grabó, dijo recientemente en el programa María Elvira live, de la cadena de televisión MegaTV: "El tráfico de personas es ya histórico en el régimen de los hermanos Castro y se ha ido adaptando a las nuevas condiciones, pero una parte de ese negocio rentable que ellos generaron se les ha ido de las manos y ha ido a parar a particulares. Tienen que luchar por mantenerlo porque se les está poniendo difícil".
El fondo del decorado del estudio era elocuente: "Contrabando de cuello blanco", rezaba el lema sobre tres imágenes de personas con unos grandes interrogantes blancos sobre sus cabezas negras.
El ex agente continuó: "El tráfico de personas a través de México siempre se hizo a través de la Embajada cubana, de los consulados y de funcionarios que solicitaban las visas al Gobierno mexicano y éste siempre las daba. Es una empresa demasiado cautivadora en dinero como para dejarla escapar. Hasta la Embajada de España llegó a protestar por la cantidad de visados que le estaban sacando".
Se dieron incluso nombres de los principales negociantes de visados: Raúl Martínez, funcionario del Instituto de Radiodifusión Cubano, hermano de Julio, primer secretario de la Unión de Juventudes Comunistas. También la mujer del defenestrado ex ministro de Exteriores Roberto Robaina, que tenía su cuartel general en el hotel La Yagruma. "Ahí llevaban a las muchachitas y prácticamente se hacía la venta...". El contacto mexicano era Mario Villanueva, ex gobernador del Estado de Quintana Roo entre 1993 y 1999, propulsor de Cancún como destino turístico, pero que tras driblar la extradición a EE UU por cargos de narcotráfico, fue condenado en su país a 36 años de cárcel.
La implicación mexicana de traficantes, funcionarios y policías corruptos ha sido constante. Cubanos que se han salido de su circuito han acabado asesinados y torturados en cenotes. Boris del Valle, sobrino de Dalia Soto, esposa de Fidel Castro, está en la línea oficial. Según Hernández, este oficial de la inteligencia cubana, radicado en Cancún, consigue visas para funcionarios de la isla que luego "se pierden" y acaban llegando a Estados Unidos. "Pero no es un negocio privado, sino del Gobierno cubano", matizó. "Él incluso denuncia a los intrusos. Privado sólo son sus tráficos con obras de arte".
Un cubano exiliado comentó el mismo jueves tras especular sobre tanto interés cruzado: "¿Acuerdo migratorio? ¿Por qué no lo llaman reparto del cake (pastel)? Son todos unos descarados que se aprovechan de nuestra desgracia. Sólo subirán los precios y el riesgo de las huidas. Pero seguirán huyendo. Por donde sea, mientras no se acabe el castrismo".
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