Batalla campal en São Paulo
Policías militares se enfrentan con compañeros de profesión en huelga por un incremento salarial
Policías militares brasileños han protagonizado este viernes una auténtica batalla campal en São Paulo al tratar de impedir una manifestación de centenares de agentes civiles en huelga. Al menos una veintena de personas han resultado heridas.
Los policías militares bloquearon una avenida del barrio de Morumbí con vehículos blindados para evitar el avance de los agentes civiles, que trataban de llegar a la sede del Gobierno regional de São Paulo, con el que negocian un aumento salarial desde hace un mes. Al tratar de atravesar la barrera policial, los manifestantes se enfrentaron con sus compañeros de profesión, choque que fue retransmitido en directo por varios canales de televisión.
Cuando ambos grupos se encontraron, los policías militares, algunos de ellos del cuerpo de caballería, embistieron contra los civiles con escudos, balas de goma y gases lacrimógenos para tratar de dispersarlos. La refriega dejó al menos 20 heridos, entre ellos un cámara del canal de televisión Record que fue alcanzado por dos balas de goma e ingresado en un hospital cercano donde está fuera de peligro, de acuerdo con fuentes médicas.
Según la Asociación de Delegados de la Policía Civil del Estado de São Paulo, cerca de 5.000 miembros de esa institución participaron en la manifestación, pero el gobernador José Serra afirmó que "una minoría" de unos mil agentes, de los 35.000 que tiene la institución, participó en la protesta.
Los policías civiles entraron en huelga el pasado 16 de septiembre para pedir un aumento salarial del 15% en este año y sendos incrementos del 12% en 2009 y 2010. Además, exigen la convocatoria de elecciones para el puesto de comisario general, la definición de criterios para las promociones y ascensos, la reducción del horario laboral a 40 horas semanales y la jubilación tras 30 años de carrera.
La manifestación de hoy es la cuarta que realizan en los últimos 30 días. La semana pasada los policías llegaron a suspender la huelga durante 48 horas, como concesión para que el Gobierno regional aceptara dialogar, pero la oferta salarial que les ofrecieron les pareció insuficiente y decidieron continuar con el paro con el propósito de llegar hasta la sede gubernamental para negociar directamente con Serra.
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