Un motín en Tijuana deja una veintena de reclusos heridos

Las autoridades mexicanas lograron controlar en la madrugada de ayer el motín declarado la víspera en una cárcel de la ciudad norteña de Tijuana, en la frontera con Estados Unidos, en el que resultaron heridos una veintena de reclusos. Al parecer, cientos de presos exigían a las autoridades del recinto carcelario que cesaran los supuestos abusos cometidos por los vigilantes, según explicó el director de Comunicación Social de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado de Baja California, Agustín Pérez Aguilar.

Decenas de agentes acudieron el domingo al penal de La Mesa al conocerse la revuelta y, tras varias horas de espera, lograron entrar en el recinto por la noche y hacerse con el control del mismo en la madrugada de ayer. Muchos de los presos se subieron a las azoteas de los edificios del Centro de Readaptación Social de La Mesa, como se llama la penitenciaría, mostrando sus reclamaciones con pancartas.

Varios lanzaron desde ese lugar piedras, sillas y otros objetos contundentes contra los policías, rompieron los cristales de varias ventanas e incendiaron un área del inmueble, según testigos. Pérez dijo que la cifra de heridos "es preliminar pero deben ser alrededor de 20" en total.

Varios diarios publicaban ayer que hubo al menos dos muertos, extremo no confirmado oficialmente. Por otra parte, las autoridades de Zacatecas hallaron el pasado fin de semana tres cadáveres descuartizados y abandonados en nueve neveras plásticas en el norte de México, en lo que creen que es un caso de "ajuste de cuentas" entre bandas criminales rivales.

El Gobierno del Estado de Zacatecas informó en un comunicado de que, por la gravedad del caso, la fiscalía estatal dio cuenta a la Procuraduría General de la República (PGR, fiscalía), que se encarga de las investigaciones relativas al crimen organizado. "Se presume que el homicidio fue cometido en el Estado de Durango y los cuerpos, abandonados en territorio zacatecano", agrega la nota, que se basa en un mensaje abandonado junto a los restos humanos.

El mensaje dejado junto a las neveras portátiles incluye amenazas a Los Zetas, un grupo de ex militares que actúa como brazo armado del llamado Cartel del Golfo.