El juez excluye pruebas contra el antiguo chófer de Bin Laden obtenidas por métodos "coercitivos"
Salim Hamdan se había quejado durante las audiencias previas al juicio de que fue golpeado y amenazado de muerte tras su captura en Afganistán
El juez del tribunal militar en la base naval estadounidense de Guantánamo (Cuba) que juzga a Salim Hamdan, ex conductor del jefe de Al-Qaeda Osama Bin Laden, ha descartado utilizar algunas pruebas obtenidas en interrogatorios bajo condiciones "altamente coercitivas" en Afganistán.
El magistrado Keith Allred ha dicho que los fiscales no podrán usar algunas pruebas contra Hamdan obtenidas tras su detención en 2001 en Afganistán, durante los interrogatorios a los que fue sometido en la base aérea de Bagram y en la de Panshir, "debido al ambiente y condiciones altamente coercitivas bajo las cuales se realizaron". No obstante, ha dejado abierta la posibilidad de que los fiscales utilicen otras declaraciones formuladas por Hamdan en otras partes de Afganistán y en la base de Guantánamo.
Según Michael Berrigan, uno de los abogados de la defensa, el dictamen de Allred es un golpe para el sistema establecido para los detenidos en Guantánamo que permite utilizar evidencias logradas mediante métodos coercitivos y testimonios de segunda mano. "Necesitamos evaluar en qué medida esto pesa en nuestra capacidad de establecer su crimen en este caso y lo que podría significar en casos futuros", dijo el fiscal principal, coronel Lawrence Morris.
Proceso
Al iniciarse este lunes el juicio, Hamdan, de origen yemení, se declaró no culpable de los cargos que se le imputan. Anteriormente Hamdan se había quejado durante las audiencias previas al juicio de que fue golpeado y amenazado de muerte después de su captura en Afganistán. También denunció el aislamiento, la privación del sueño y las vejaciones sufridas durante los seis años que lleva arrestado en la prisión militar de Guantánamo.
Hamdan, que admitió que fue conductor del jefe Bin Laden, está acusado de conspiración y de suministrar material de apoyo a terroristas. La fiscalía lo acusa de ser miembro de la organización terrorista Al Qaeda, mientras que sus abogados sostienen que era miembro de una compañía de transportes que cobraba 200 dólares mensuales (126 euros). Fue capturado por el Ejército afgano en noviembre de 2001 y entregado luego al Ejército estadounidense. En mayo de 2002 fue trasladado a Guantánamo.
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