Italia pide la detención y extradición del ex presidente peruano Morales Bermúdez
El general, acusado de secuestro y homicidio durante la Operación Cóndor
La justicia italiana ha solicitado a Perú la detención con fines de extradición del general retirado Francisco Morales Bermúdez, presidente de facto de Perú entre 1975 y 1980, y de otros tres generales miembros de su Gobierno.
Se les acusa de secuestro y homicidio, por haber dispuesto la captura de tres personas de nacionalidad argentina e italiana en territorio peruano, presuntamente terroristas, que luego fueron expulsados a Bolivia y entregados a la dictadura argentina. Estas acciones formaban parte de la Operación Cóndor, diseñada por los Gobiernos militares de la época —especialmente Argentina y Chile— para reprimir los movimientos de izquierda mediante la tortura y el asesinato.
La prensa peruana informaba ayer de que la petición de extradición alcanza, además de Morales Bermúdez, a su ex primer ministro Pedro Richter Prada, al ex jefe del Servicio de Inteligencia del Ejército Martín Martínez Garay y al general de división Germán Ruiz Figueroa. Sin embargo, la oficina de Interpol en Lima aún no puede ejecutar las detenciones, ya que la orden proveniente de Italia no se ajusta al tratado de extradición vigente entre ambos países.
Una vez corregidos los defectos de la solicitud, la Corte Suprema peruana deberá analizar si procede la extradición, aunque la última palabra la tendrá el presidente, Alan García, quien en otras ocasiones ya ha manifestado su opinión favorable al ex presidente, de 88 años, quien arrebató el poder en 1975 al general Juan Velasco Alvarado y en 1980 lo devolvió a los civiles tras convocar elecciones.
En Italia, el fiscal Giancarlo Capaldo y la juez Luissiana Figliola conducen una investigación que ya dura nueve años para determinar quiénes son los responsables de la desaparición y muerte de 25 ciudadanos italianos como parte de la Operación Cóndor. Tres de esos casos se desarrollaron en parte en Perú.
En junio de 1980, a poco más de un mes del final del mandato de Morales Bermúdez, agentes del Servicio de Inteligencia del Ejército peruano detuvieron en Lima a María Inés Raverta, Julio César Ramírez y Noemí Gianotti de Molfino, señalados por agentes de inteligencia del Ejército argentino como miembros del Movimiento Peronista Montonero. Días después de las capturas, los tres fueron expulsados a Bolivia, alegando que habían entrado irregularmente en el país. Después de eso no se supo más de Raverta. El cadáver de Gianotti de Molfino fue hallado en un hotel de Madrid un mes más tarde, en julio.
La historia de Ramírez es aun más truculenta: sus huellas digitales aparecen en la habitación donde se halló a Gianotti de Molfino, pero no existe convencimiento pleno de si estuvo allí o se trató de un montaje para desviar las acusaciones contra la dictadura argentina.
Versiones periodísticas señalan que, antes de salir de Perú, los tres detenidos fueron torturados por militares argentinos en instalaciones del Ejército peruano. Tanto Morales Bermúdez como Richter Prada reconocieron la operación, pero aseguran desconocer las supuestas torturas y niegan que Perú haya participado en la Operación Cóndor.
Ambos señalaron anteriormente que los agentes peruanos se limitaron a detener y expulsar a subversivos extranjeros del país. En una entrevista reproducida en el libro Muerte en el Pentagonito, del periodista Ricardo Uceda, el ex presidente señala que su primer ministro (Richter) le informó de que los detenidos habían sido enviados a Bolivia y se lamenta de la decisión que, asegura, no le fue consultada.
El ex presidente asegura que quiere aclarar su participación en el caso y que es inocente. "No sabemos qué se le imputa a Morales Bermúdez, los hechos en los que la justicia italiana dice que participó. Él está a disposición [de la justicia], quiere que el tema se esclarezca, pues el Perú nunca participó de la Operación Cóndor", según su abogado, Luis Vargas Valdivia.
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