Schifani, colaborador de Berlusconi, nuevo presidente del Senado italiano
La apertura oficial de la XVI legislatura culminará, presumiblemente mañana, con el nombramiento del presidente del Parlamento
Renato Schifani, candidato del Pueblo de la Libertad, ha sido elegido hoy presidente del Senado italiano por 178 votos a favor, 117 abstenciones y tres nulos. Colaborador estrecho de Silvio Berlusconi, ha logrado cuatro votos más de los partidos que oficialmente le apoyan.
El candidato conservador ha obtenido la presidencia del Senado en la primera votación de la Cámara Alta, tras la apertura esta mañana de la XVI legislatura italiana. Por su parte, Emma Bonino ha logrado trece votos y una decena se han repartido entre varios senadores.
Los parlamentarios de la derecha italiana, representada por el Pueblo de la Libertad (PDL), la Liga Norte y el Movimiento para la Autonomía, vencedores de las elecciones generales, han aplaudido la designación de Schifani cuando éste ha alcanzado los 162 votos que necesitaba para obtener la presidencia de la Cámara.
La proclamación oficial ha corrido a cargo de el senador más antiguo, el octogenario Giulio Andreotti, tras la renuncia de la premio Nobel Rita Levi Montalcini.
El Parlamento, a la espera
Después de la elección del presidente del Senado, deberá nombrarse el de la Cámara de los Diputados, cargo para el que el PDL presenta a Gianfranco Fini, de 56 años y presidente de la derechista Alianza Nacional, que concurrió a las elecciones dentro de la lista del partido de Berlusconi. La elección, según se prevee, no se logrará hasta mañana ya que será probablemente en cuarta votación, pues la ley establece que en las tres primeras se necesita una mayoría de tres cuartos y en la sucesiva sólo la mitad más uno de los sufragios.
Un siciliano incondicional
Renato Schifani llega a la Presidencia del Senado italiano tras más de catorce años en política y con una carrera marcada por su apoyo incondicional al futuro presidente del país, Silvio Berlusconi, lo que le ha convertido en uno de sus hombres de confianza.
Nacido en Palermo, la capital siciliana, el 11 de mayo de 1950 y abogado de profesión, entró a formar parte del proyecto de Forza Italia en 1995 y fue elegido senador un año después por su región natal, cargo que ha mantenido en las tres últimas legislauras y al que, a partir de 2001, sumó el de jefe del grupo parlamenario de Forza Italia en esa cámara.
Schifani se convirtió en el rostro de Forza Italia por sus repetidas muestras de apoyo y declaraciones públicas a favor de Silvio Berlusconi, al que llegó a comparar con el conde Cavour, uno de los principales impulsores de la unificación italiana en el siglo XIX, para rebatir las acusaciones de conflicto de intereses que pesaban sobre 'Il Cavaliere'. El nuevo presidente del Senado recordó en aquella ocasión que Cavour ocupó diversos cargos políticos y que, a la vez, fue un importante terrateniente y propietario de un periódico, una comparación que originó diversas críticas y que el propio Berlusconi le pidió que evitara.
A pesar de su posición dentro del partido, reconvertido en los últimos comicios en El Pueblo de la Libertad (PdL), junto a Alianza Nacional, La Liga Norte y el siciliano Movimiento por la Autonomía, no ha ocupado ningún cargo ministerial, un objetivo por el que, según ha asegurado, que nunca "pataleará".
En el plano político, Schifani fue uno de los protagonistas de la estabiización del régimen carcelario especial para mafiosos y terroristas, conocido como artículo 41 bis. Esta medida prevé que los condenados por esos delitos no puedan acogerse a los beneficios penitenciarios previstos en la ley, como el régimen abierto, a menos que se conviertan en arrepentidos y colaboren con la Justicia. Asimismo, fue el autor del laudo Schifani, mediante el que se concede la inmunidad a los presidentes de la República, del Gobierno, de las dos Cámaras parlamentarias y del Tribunal Constituional mientras ejerzan sus cargos. Ese laudo fue declarado posteriormente ilegítimo por el Tribunal Constitucional.
Su nombre, en cambio, ha sido relacionado por la prensa italiana con la criminalidad organizada siciliana, ya que en los años ochenta fue socio de una compañía en la que también figuraban Nino Mandalà, jefe del clan mafioso de Villabate, y de Benny d'Agostino, empresario ligado al histórico dirigente de la Cosa Nostra, Michele Greco.
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