Segunda noche de cacerolada contra la política económica de Kirchner
Miles de personas protestan en la capital y otras ciudades contra la subida de impuestos en el sector agropecuario - El ministro de Economía reitera que no cambiará la decisión del Ejecutivo
Por segunda noche consecutiva, Buenos Aires es el escenario de un cacerolazo contra la presidenta Cristina Fernández y su política de subir los impuestos al campo argentino. La convocatoria llega después que miles de personas mandasen SMS con el texto: "Sra Presidenta: No quiera dividir nuevamente al pueblo argentino. Miércoles 22 horas Apagón, marcha y bocinazo".
Los miles de manifestantes comenzaron a las ocho en punto hora local (0.00 horas en España) a hacer sonar sus instrumentos de cocina desde las terrazas de sus hogares en numerosos barrios de la capital argentina mientras en la televisión aparecía el ministro de Economía, Martín Lousteau, asegurando que no cambiará la política del Ejecutivo, que quiere imponer una retención del 45% sobre las exportaciones. Decenas de vehículos hacen sonar sus bocinas mientras que para las diez de la noche, hora local, se ha convocado un apagón masivo de protesta.
Como ya hicieron ayer, algunas personas se han dirigido hacia la residencia presidencial de Olivos para continuar la protesta. Los piqueteros oficialistas de Luis D'Elia han tomado la Plaza de Mayo tras producirse algunos enfrentamientos con piqueteros contrarios a Kirchner. Mientras, una multitud opositora se concentra junto al Obelisco en pleno centro de Buenos Aires.
Las discusiones, empujones, corridas e intercambios de golpes se suceden sin que en ningún momento intervenga la policía, significativamente ausente del centro de Buenos Aires, tal como había ocurrido el martes por la noche.
Las protestas se producen en numerosas localidades del país. En Entre Ríos, miles de personas se hayan concentradas frente al Gobierno local. Los cortes en las principales carreteras se mantienen mientras el ministro de Justicia, Anibal Fernández, ha amenazado con acciones legales para romper la huelga. Se han interrumpido numerosas comunicaciones entre ciudades por autobús debido a los bloqueos.
La mayor protesta desde 2001
Miles de personas se lanzaron ayer a las calles de la capital con cacerolas y cucharas, llegando incluso hasta la residencia presidencial de Olivos. Por la tarde, Fernández se dirigió a la nación por televisión para explicar la posición de su Gobierno respecto a la huelga del sector agrario, que la presidenta calificó de "paro de la abundancia".
Fernández ha amenazado a los huelguistas -que llevan 14 días de protestas- con aplicar la Ley de Abastecimiento, para forzar la ruptura de la huelga. Las cuatros principales entidades agropecuarias, por su parte, han decidido continuar con la paralización por tiempo indefinido. En vista del endurecimiento de las posiciones, y en un gesto sin precedentes desde la crisis de 2001, la Iglesia católica se ha ofrecido como mediadora en el conflicto.
Entretanto, con una notable afluencia de clientes en los supermercados acopiando lácteos y carne, Buenos Aires continuaba ayer bajo los ecos de la mayor protesta contra el Gobierno vivida en la capital argentina desde la catástrofe económica e institucional de 2001. El ministro de Seguridad y Justicia, Aníbal Fernández, ha amenazado con apresar a los productores que impidan el paso de los camiones con mercancías.
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