'Yo a Marraquech, tú a Nueva York'
El presidente Sarkozy está de vacaciones en Marruecos mientras su ex esposa se casa en EE UU
Mientras su ex mujer, Cécilia Ciganer-Albéniz, contrae hoy matrimonio en Nueva York, el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, pasa sus vacaciones de Semana Santa con su nueva esposa, Carla Bruni, en Marraquech.
Pese a estar divorciados desde hace cinco meses, el jefe de Estado francés y su ex esposa comparten una misma afición por Marruecos aunque no por las mismas ciudades. La que empezó el viernes por la noche es la tercera estancia de Sarkozy en el reino alauí desde que fue elegido presidente hace diez meses.
En octubre efectuó una visita de Estado a Marruecos y pernoctó en Marraquech y, el fin de semana de Todos los Santos, regresó a la ciudad ocre, como la llaman los marroquíes, a causa del color de sus edificios. El viaje fue privado y a Sarkozy le acompañaron varios amigos de ambos sexos. Desde Marraquech voló a Yamena (Chad) para rescatar a los periodistas franceses y a la tripulación española allí encarcelados.
Sarkozy y Bruni llegaron ésta vez el viernes por la noche a Marraquech en un vuelo regular de Royal Air Maroc. Al pie de la escalerilla les esperaba Mounir Chraibi, el wali (representante del rey Mohamed VI en la provincia). Mañana lunes les despedirá en la pista. La pareja se aloja en un palacete del palmeral.
A diferencia de sus anteriores viajes privados con Carla Bruni, como el que efectuó a Egipto o a Jordania, Sarkozy ha querido ahora ser discreto. Hasta mediodía de hoy no se le había visto pasear por ningún lugar turístico. La gran publicidad dada a su vida privada ha sido una de las causas de la caída de la popularidad del presidente.
Otra ciudad imperial marroquí, Fez, fue, en febrero, el lugar elegido por Cécilia Ciganer-Albéniz para poner a punto con su futuro esposo, el empresario Richard Attias, los detalles de su boda en Nueva York. Attias, judío de nacionalidad francesa, tiene motivos para estar apegado a Fez. Se crió en esa ciudad y fue alumno del liceo francés Ibn Hazem. Habla incluso el árabe dialectal marroquí.
En el lujoso hotel Palais Jamai Sofitel o paseando por la medina (zoco) pusieron a punto la lista de invitados a la ceremonia aunque también tuvieron tiempo para una actividad mundana: un almuerzo con Hamid Chabat, el alcalde de la ciudad. Éste se deshizo después, ante la prensa, en elogios sobre Cécilia y acabó confesando: "Hasta me imagino casado con ella".
La lista de invitados a la boda ha sido un asunto delicado. Por fidelidad a Sarkozy o por temor a sus posibles represalias algunos de los convidados han declinado asistir a la cita. Una de ellos ha sido, pese a su gran amistad con Cécilia, la ministra de Justicia, Rachida Dati, según Bakchich Info, una publicación en Internet especializada en el Magreb.
El semanario francés L'Express recoge el rumor de que el presidente habría pedido al enlace policial del Consulado de Francia en Nueva York que le comunique la lista exhaustiva de los asistentes al matrimonio.
Otro semanario parisino, Le Nouvel Observateur, cita a un amigo de Sarkozy y de su ex esposa que asegura que los invitados corren el riesgo de verse sometidos a "una inspección fiscal minuciosa". La revista no publica el nombre del amigo por éste así se lo pidió.
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