El primer ministro de Chipre, dispuesto a negociar la reunificación de la isla
Demetris Christofias expresa su deseo de alcanzar una "solución viable" para la división entre la parte griega y la turca
El nuevo presidente de Chipre, Demetris Christofias, ha asegurado hoy que está dispuesto a alcanzar un acuerdo para acabar con la división de la isla en dos partes: una de influencia griega y otra turca. Christofias se ha mostrado dispuesto a trabajar para alcanzar una "solución viable" para reunificar la isla. Un nuevo fracaso en este sentido sería, dice, "devastador" para los chipiotas.
"Esta vez debemos tener éxito. Un nuevo fracaso sería devastador para el futuro de nuestro pueblo, para los greco-chipriotas y para los turco-chipriotas. Por nuestra parte, queremos trabajar duro para alcanzar pronto una solución justa, viable y realizable", ha dicho Christofias, en rueda de prensa antes de reunirse, el viernes con el líder turco-chipriota, Mehmen Ali Talat. No obstante, Christofias, elegido el mes pasado con un programa en el que incluía las negociaciones con la parte turca, ha querido ser prudente: "Pensamos que no es productivo actuar con prisas y sin la preparación que permita realizar progresos".
El presidente chipriota gobierna sobre dos terceras partes de la isla, lo que constituye la República de Chipre, de influencia griega y miembro de la UE. El tercio norte, invadido por Turquía en 1974, se declaró como la República turca de Chipre y permanece bajo control turco, el único país que reconoce este territorio. Desde 1974 la isla está dividida, pero la UE sólo reconoce el Gobierno greco-chipriota como única autoridad de la isla.
Christofias se reunirá el viernes con el líder turco-chipriota, para reanudar las negociaciones sobre la unificación de la isla. Estas conversaciones llevan bloqueadas desde 2004, cuando los greco-chipriotas rechazaron un plan de la ONU que fue aceptado por la parte turca.
El nuevo presidente se dice dispuesto a aceptar una federación con dos zonas sobre la base de los acuerdos ya existentes y bajo la legalidad internacional y de la UE. "Adherirse a posiciones que no se ajusten a estas bases no ayuda a crear el clima político necesario", ha dicho.
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