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Policías bolivianos amenazan con inmolarse si Evo Morales no sube sus salarios

El Gobierno rechaza la petición de la ONU de prohibir el mascado de coca

"Voy a utilizar mi arma de reglamento y me voy a disparar. Por todos mis camaradas". Este desesperado llamamiento ha sido realizado en las últimas horas por uno de los policías que llevan dos semanas en huelga en la ciudad bolivariana de Santa Cruz para reclamar un 25% de aumento de sueldo, actualmente establecido en 900 bolivianos (unos 100 euros). Su última amenaza ha sido inmolarse si el Gobierno de Evo Morales no atiende de inmediato su demanda.

Los huelguistas pertenecen al batallón de seguridad física privada de Cochabamba (centro), que permanecen atrincherados en un edificio de esta ciudad junto a sus esposas e hijos. Según han informado hoy varios medios locales, los agentes tomaron como rehén durante varias horas a un supuesto policía de inteligencia que, presuntamente, se infiltró en el grupo para pasar información a la unidad de antidisturbios.

Además, lanzaron varios disparos al aire para escenificar que están dispuestos a inmolarse en las próximas horas. En los últimos días, los agentes han marchado armados por las calles de Cochabamba e incluso algunos se han llegado a crucificar, sin clavos, como medida de presión.

A favor del mascado de coca

Mientras, alrededor de mil bolivianos han celebrado en las calles de La Paz una jornada de acullicu o mascado de coca para defender la que consideran su "hoja sagrada" y rechazar la petición de la ONU de prohibir una práctica ancestral en el mundo andino.

Con este acullicu colectivo, cocaleros bolivianos y miembros del Gobierno de Morales rechazan el informe de la Junta Internacional de Estupefacientes (JIFE, órgano de la ONU) que reclama abolir el mascado de la hoja de coca.

Para el Ejecutivo, esta petición de la JIFE responde a una "visión occidental" y representa "un verdadero atentado" contra la cultura andina, según ha dicho hoy el canciller, David Choquehuanca. La JIFE, en su informe anual sobre estupefacientes, ha exhortado a Bolivia y Perú a adoptar sin demora medidas para abolir los usos de la coca contrarios a la Convención de 1961, incluida la práctica de masticarla y emplearla en la fabricación de mates.

La hoja de coca, además de ser la base para fabricar cocaína tras un procesamiento químico, es un producto tradicional en Bolivia donde, en su estado natural, se emplea con usos medicinales, nutritivos y rituales.

Masticada, costumbre muy extendida entre todos los bolivianos, funciona como un potente analgésico capaz de mitigar la sensación de hambre, cansancio, sueño y ciertos dolores.

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