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Objetivo: el antiguo 'zar' antidrogas de México

Los 'narcos' del Cartel de Sinaloa ven frustrada su pretensión de asesinar al subprocurador Vasconcelos

El crimen organizado vinculado al narcotráfico mexicano preparaba una escalada en sus acciones delictivas, con el asesinato de José Luis Santiago Vasconcelos, subprocurador de Asuntos Jurídicos e Internacionales que durante varios años ha sido el máximo responsable de la lucha antidrogas en México.

El antiguo zar antidrogas, que actualmente se ocupa de los procesos de extradición a Estados Unidos de grandes capos del narcotráfico, era el objetivo de un atentado que iban a perpetrar en la capital mexicana sicarios y policías al servicio del Cartel de Sinaloa que dirige Joaquín Chapo Guzmán, el delincuente más buscado desde su fuga de la cárcel en enero de 2001.

"Es parte de los riesgos que tenemos que asumir. La delincuencia organizada pretende intimidarnos a todos como sociedad"", dijo ayer el subprocurador Santiago Vasconcelos en una entrevista radiofónica. "Su apuesta es escalar con un golpe espectacular para amedrentar a la sociedad", añadió. El fiscal explicó que los asesinos estaban apostados en las proximidades de su domicilio con el objetivo de interceptar el paso de su vehículo. Según las primeras investigaciones, los sicarios intentaron atentar contra Vasconcelos en dos ocasiones, el 22 de diciembre y el 17 de enero. La policía de la Ciudad de México frustró los dos atentados de manera fortuita.

Según la reconstrucción de los hechos efectuada por el diario El Universal, la tarde del 17 de diciembre pasado varios testigos observaron la presencia de cuatro camionetas de lujo último modelo, una de ellas matrícula de EE UU, en la colonia Tepepan de la capital mexicana. Individuos trajeados "con facha de guardaespaldas" descendieron de los vehículos hablando por teléfono. Al poco rato llegaron cuatro motocicletas con antenas y equipos de comunicación. Era la avanzadilla encargada de reconocer el terreno por donde tenía que pasar horas después el subprocurador Vasconcelos. La madrugada del día siguiente, la policía mexicana detuvo a cinco individuos, tres de ellos agentes, a bordo de una camioneta matrícula de EE UU, con armas largas, un lanzagranadas, granadas antiaéreas y de fragmentación, y varios chalecos con las siglas FEDA (Fuerzas Especiales de Arturo Beltrán Leyva), distintivo de un grupo de sicarios del Cartel de Sinaloa.

Se acababa de frustrar el primer atentado contra Santiago Vasconcelos. Pero el plan el criminal tenía una segunda parte. El 17 de enero, otra patrulla policial detenía a tres hombres en la colonia Fuentes del Pedregal, en Tlalpan, a poca distancia del domicilio del subprocurador. En su camioneta blindada los sicarios tenían tres lanzagranadas antitanque, dos rifles y abundante munición. Asimismo, la policía encontró planos de la ubicación de la casa del fiscal y de la ruta por la que debía pasar. Uno de los tres detenidos era un militar.

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