"Estuve a dos pasos de las llamas y creí que moría"
Miles de desplazados del condado de San Diego han llegado al estadio de Qualcomm para ser atendidos y alojados tras los incendios
Nadie puede decir con exactitud cuántas miles de personas se han visto obligadas a desplazarse en el condado de San Diego con motivo de los incendios que asolan el territorio. Las últimas cifras oficiales señalan que más de medio millón pero lo único cierto es que, mientras el fuego se extiende sin pausa, la gente abandona sus hogares sin tiempo casi para decidir qué hacer. Los hoteles y centros de acogida que se han abierto están llenos y ahora el siguiente destino para muchos es el Estadio de Qualcomm, la casa de los San Diego Chargers del fútbol americano que se ha dispuesto para alojar a más de 60.000 personas aunque hasta el momento han llegado poco más de 10.000.
Cientos de tiendas de campaña se han levantado en los túneles de entrada al estadio toda vez que parking de coches se ha convertido en una arena repleta de desplazados que llegan con sus paquetes. Suzanne Casey, una mujer de 62 años amante del campo, vio como su rancho era destruido por el fuego y ha llegado al Estadio de Qualcomm con lo puesto. Según sus propias palabras al Los Angeles Times , el recuerdo de su rancho pasto de las llamas le ha dejado "un trauma" que nunca podrá superar. Casey ha tenido que pasar por la segunda planta del edificio, donde se encuentra el campamento sanitario con los equipos de médicos y enfermeras que han asistido en las últimas horas a 500 personas.
Pero no es la única historia que se recoge. Edward y Cindy Sherlock son dos voluntarios que llegaron junto con sus tres perros al estadio tras pasar dos noches en un refugio provisto por la Armada. Cuando no están echando una mano, descansan en una de las aceras próximas al estadio, pero siempre preparados para atender a los cientos de personas que llegan exhaustas y desorientadas. "Hay mucha gente herida", dice Edwaird Sherlock a Los Angeles Times . "Lo único que se puede hacer es ayudar. No se tiene en cuenta ni el color de la piel ni la condición. Oyes y ves diferentes lenguas y razas, y ninguna quiere decir nada porque todas necesitan lo mismo: ayuda". Según el censo del condado de San Diego, los ciudadanos blancos representan el 66% de la población mientras que los latinos alcanzan el 22%. Autoridades y voluntarios aseguran que la mayoría de los afectados que acuden a Qualcomm son latinos y blancos de la clase trabajadora.
Una prioridad para los servicios de emergencias ha sido identificar a los pacientes, que se vieron forzados a salir huyendo sin su documentación. Responsables del departamento de Salud han reconocido que, al menos, este problema se está solucionando muy deprisa a pesar de que muchos de los que llegan son ancianos que les cuesta quitarse la tragedia de la cabeza. Es el caso de Don Jenkinson, un hombre de 75 años, que es de los pocos que tuvo tiempo de coger sus documentos antes de dejar la casa donde había pensado disfrutar de su jubilación. Jekinson sólo pudo agarrar tres cosas antes de salir corriendo: su medicación, su identificación y su ropa interior. Pero el impacto del fuego no lo ha olvidado. "Estuve a dos pasos de las llamas y pude verlas con mis ojos. Creí que moría". Llegó acompañado de otros 120 ancianos que vivían en un complejo de casas residenciales.
Sin embargo, según publica Reuters, el estadio de Qualcomm puede recibir la puntuación de cinco estrellas como campamento para desplazados. Los que llegan al centro disfrutan de todo tipo de actividades con el objetivo de hacer olvidar el desastre de los incendios. Ejercicios de yoga, sesiones de acupuntura o actuaciones de payasos son algunas de las actividades destinadas a niños y mayores con la idea de recuperar su ánimo.
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