Bhutto sale ilesa de un atentado que causa al menos 100 muertos

Al menos 100 personas han muerto y cerca de un centenar han resultado heridas en Pakistán en dos explosiones contra la ex primera ministra Benazir Bhutto cuando viajaba en un camión arropada por miles de seguidores que la han recibido tras su regreso del exilio. Las primeras informaciones señalan que los ataques podrían haber sido producidos por dos terroristas suicidas.

Agencias y medios locales no coinciden en la cifra exacta de fallecidos, aunque todos coinciden en señalar alrededor del centenar de muertos.

El ministro de Interior, Aftab Sherpao, ha confirmado que el ataque ha estado dirigido contra Bhutto. "Se trata de un acto terrorista contra Benazir Bhutto, destinado a sabotear el proceso democrático", ha declarado Sherpao.

Las explosiones han ocurrido muy cerca del vehículo en el que se desplazaba Bhutto, que recorría el camino entre el aeropuerto de Karachi y el mausoleo al padre de la patria paquistaní, Mohamad Ali Jinah, en donde la ex primera ministra tenía previsto pronunciar un discurso a sus seguidores.

En el momento de la explosión, Bhutto se encontraba descansando en la parte inferior blindada del vehículo y no sufrió ningún daño. Posteriormente, fue trasladada a su residencia de Karachi, la Bilawal House.

Una vuelta muy esperada

La ex primera ministra de Pakistán había vuelto a su país, del que se exilió en 1999. En Karachi, adonde había volado desde Dubai, miles de seguidores de su partido, el Partido Popular de Pakistán, le esperaban con pancartas de bienvenida, entre medidas de seguridad extremas. Bhutto no pudo contener las lágrimas de emoción al aterrizar.

Ante el riesgo de un atentado de Al Qaeda u otros grupos extremistas, la ex jefa de Gobierno, vestía un chaleco antibalas, y se había mostrado ha mostrado contundente: "El Islam condena los atentados suicidas. Si alguien quiere atentar contra una mujer, terminará quemándose en el infierno."

En declaraciones a EL PAÍS, desde el avión que la ha trasladado a Karachi junto a un grupo de unos 100 periodistas y de unos 180 seguidores, Bhutto se había mostrado satisfecha de llegar a su país después de ocho años de exilio: "Estoy muy feliz y orgullosa de cumplir con mi sentido de la responsabilidad para con mi gente".

Bhutto reiteró su apuesta por la democratización de Pakistán. "Ha llegado el tiempo de la democracia. Si queremos salvar a Pakistán del extremismo necesitamos la democracia. El terrorismo quiere tomar mi país".

"Si el Ejército coopera con un Pakistán próspero, todo el mundo se beneficiará", reiteró Bhutto, quien ha asegurado que las tropas son aún necesarias en las zonas tribales de Waziristan y resto de provincias limítrofes con Afganistán para combatir a los extremistas. Bhutto es partidaria de una salida política y de un proceso de reconciliación nacional.

El retorno de Bhutto ha sido posible gracias a un acuerdo con el presidente Musharraf. La ex primer ministra ha pedido a los jueces que actúen con imparcialidad y apliquen el mismo rasero que en el Nawaz Sharif, cuya vuelta la permitió el Supremo, aunque se frustró por una amenaza de detención a pie de pisita en el aeropuerto de Sharif. Bhutto ha reiterado que el acuerdo entre ella y Musharraf es plenamente legal y constitucional.

Mediante ese acuerdo, Bhutto era amnistiada de cualquier delito cometido durante sus dos gobiernos (de 1988 y 1990 y 1993 a 1996). El objetivo de la líder política es participar en las elecciones legislativas de enero del 2008. Ante la posibilidad de que fuera detenida nada más llegar al aeropuerto, la ex primer ministra ha viajado acompañada de un nutrido grupo de abogados.

El regreso de Benazir Bhutto