El Ejército birmano podría haber incinerado los cadáveres de las personas que murieron durante las protestas
Los militares se aseguran así de que no llegue a conocerse la cifra de fallecidos en las manifestaciones, según 'The Sunday Times'
El Ejército de Birmania podría haber incinerado un número indeterminado de cadáveres, pertenecientes a las personas que murieron durante las protestas que se sucedieron recientemente en el país, según informó hoy el diario británico The Sunday Times.
El periódico afirma que los cuerpos sin vida han sido incinerados a lo largo de los últimos siete días en un crematorio acordonado por guardias y situado en el noreste de Yangon y que, de esta manera, el Ejército se asegura de que no llegue a conocerse la cifra exacta de personas fallecidas en las manifestaciones realizadas a favor de la democracia.
Estos hechos han sido comunicados por los residentes de la zona, que han visto pasar por la noche camiones de color verde oliva cubiertos con lonas y también han observado cómo salía humo constantemente de las chimeneas de los hornos.
Además, aseguran que los militares han cortado en ocasiones las carreteras que conducen al crematorio municipal y han amenazado a las personas que se atreviesen a asomarse desde las ventanas de sus casas para mirar hacia las carreteras a partir del toque de queda de las diez de la noche.
"Ningún intento de identificar a los muertos
Un funcionario extranjero que ha recopilado información de diversas fuentes sobre el número de fallecidos y heridos indicó que "no se ha hecho ningún intento de identificar a los muertos, de devolver sus cuerpos a sus familias o de incluso ofrecerles los ritos budistas mínimos".
Al parecer, las incineraciones comenzaron la noche del viernes 28 de septiembre, más de 24 horas después de que los soldados abriesen fuego contra los monjes budistas desarmados y los civiles que se manifestaban en las calles de Yangon. Han continuado a intervalos hasta el fin de la semana pasada, según los vecinos de la zona.
Entre 100 y 200 fallecidos
Los diplomáticos extranjeros calculan que en las protestas de Yangon perdieron la vida al menos entre 100 y 200 personas. Unos 1.000 monjes han sido detenidos, así como unos 3.000 civiles, aunque según el Gobierno, la cifra total de arrestados es 2.093.
También hay fuentes extranjeras que apuntan que las autoridades han ordenado a los médicos de hospitales y clínicas que no atiendan a las personas heridas, así que se cree que los birmanos detenidos no han recibido atención médica.
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