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Crónica:
Crónica
Texto informativo con interpretación

La oposición cubana denuncia que nada ha cambiado desde que Castro enfermó

Los disidentes admiten un descenso del número de presos políticos

Aunque el número de presos políticos en Cuba bajó de 283 a 246 en el primer semestre de 2007, no ha habido mejoras en la situación de los derechos humanos después de que Fidel Castro delegara el poder en su hermano Raúl hace casi un año, según un informe de la Comisión Cubana de Derechos Humanos.

Para Elizardo Sánchez, presidente de la Comisión, nada ha cambiado desde que Castro enfermó. "Es inobjetable que persiste la violación sistemática e institucionalizada de todos y cada uno de los derechos civiles, políticos, económicos e incluso culturales que consagra la Declaración Universal de Derechos Humanos," afirma el informe, divulgado ayer.

Según Sánchez, la lenta disminución del número de presos políticos confirma sólo una "tendencia observada" durante los últimos dos años. El opositor admitió que en los últimos seis meses se han reducido los actos de repudio y las detenciones arbitrarias por motivos políticos, pero aseguró que Cuba sigue siendo el país con mayor número de presos de conciencia del mundo; son 73, adoptados por Amnistía Internacional, incluyendo a los 59 miembros del grupo de los 75 que todavía permanecen en prisión y a los 11 liberados por motivos de salud pero que "continúan cumpliendo condena bajo 'licencia extrapenal".

"En todo el tiempo transcurrido bajo este Gobierno provisorio (?) no se ha dado un solo paso para la modernización del sistema de leyes", asegura en su balance el activista de los derechos humanos, que critica que el sistema carcelario de la isla siga estando vedado para los inspectores de la Cruz Roja Internacional y pide, además, el levantamiento del embargo de Washington.

"La hostilidad compartida entre los Gobiernos de Washington y La Habana, incluyendo las sanciones económicas y financieras unilaterales (y, por lo tanto, ilegítimas) impuestas por aquél (?), sólo ha servido para empeorar la situación de por sí difícil en que sobrevive el pueblo de Cuba, facilitando toda clase de argumentos a una minoría totalitaria para tratar de justificar su fracaso y su propio inmovilismo", considera el documento.

Carta de Zapatero

Mientras, el Partido Solidaridad Democrática, un grupo disidente moderado que defiende la estrategia de diálogo que impulsa el Gobierno español, dio a conocer una carta del presidente José Luís Rodríguez Zapatero en la que agradece el apoyo de esta organización y asegura que continuará con su política de acercamiento.

"España está firmemente convencida de que la vía del diálogo, tanto con las autoridades como con el resto de la sociedad cubana, es la única posible para poder acompañar al pueblo cubano en aquellas decisiones que pueda tomar sobre su futuro", asegura.

Y agrega Zapatero: "Creemos que los mecanismos de los que se ha dotado España son los mejores instrumentos para conseguir ese objetivo".

En la carta, fechada el 12 de junio, el jefe del Ejecutivo español dice que "es voluntad" del Gobierno "extrapolar la vía del diálogo al conjunto de la Unión Europea para lograr una plena normalización de las relaciones entre Cuba y la UE, que permitan el cumplimiento de los objetivos contenidos en la Posición Común aprobada en 1996".

El Partido Solidaridad Democrática fue una de las pocas agrupaciones disidentes que acudió a la cita en La Habana con un alto funcionario de Exteriores a principios de abril, tras la visita que realizó a Cuba el jefe de la diplomacia española, Miguel Ángel Moratinos. En aquella visita, Cuba y España acordaron el establecimiento de un mecanismo de diálogo político que incluye el tratamiento del asunto de los derechos humanos en la isla. A finales de mayo, altos funcionarios de ambos Ministerios de Exteriores se reunieron en La Habana en el primer encuentro sobre este tema.

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