Portugal asume hoy las riendas de la UE con el objetivo de cerrar el nuevo Tratado
La presidencia lusa buscará también estrechar lazos con África y Brasil con la firma de acuerdos de cooperación
Portugal asume este domingo la presidencia semestral de la UE con el objetivo de tener listo el nuevo tratado comunitario en octubre y lograr que Europa mire hacia el Sur y estreche relaciones con Brasil y Africa.
La cumbre comunitaria del miércoles en Lisboa para firmar con el presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, el primer gran acuerdo de cooperación entre Europa y el gigante suramericano supone toda una declaración de principios en el arranque del mandato luso. El gobierno portugués quiere que Brasil, y con él Mercosur y América Latina, reciban más atención de la Unión Europea y se dé un impulso a los acuerdos comerciales bloqueados durante años.
Tras una presidencia alemana marcada por el esfuerzo para superar la parálisis de la fracasada constitución y la cercanía germana a la Europa del Este los portugueses buscan ahora mayor protagonismo para la frontera sur del continente, donde se acumulan los más graves problemas mundiales de subdesarrollo y emigración ilegal.
Cumbre euro-africana
Tras siete años sin encuentros de alto nivel, desde la primera y única cumbre euro-africana, celebrada también bajo presidencia portuguesa de la UE, Lisboa se afana ya para que 80 jefes de Estado de los dos continentes se reúnan en esta ciudad el 8 y 9 de diciembre.
Además, los responsables de comercio, exteriores y emigración de los países del sur de Europa y del norte de Africa se reunirán, respectivamente, el 22 de octubre y el 5 y el 18 de noviembre en Portugal para estimular la cooperación euro-mediterránea.
El acento africano y suramericano que Portugal quiere darle a su presidencia comunitaria no son, con todo, la tarea más difícil. La prueba de fuego, según diversas fuentes diplomáticas, la tiene en el nuevo tratado de la Unión que se debe redactar en los próximos meses y en los quebraderos de cabeza que pueda acarrear su letra pequeña.
Pese a los compromisos cerrados en Bruselas el pasado fin de semana, Polonia ya ha amenazado con reabrir los asuntos que menos le convienen y Lisboa ve con preocupación que puedan surgir retrasos y afecten a sus otras prioridades. Ahora el propósito de la mayoría de los gobernantes europeos es evitar el peligro de nuevas consultas en la urnas y que el futuro tratado de la Unión, por su menor rango, sea ratificado por los parlamentos nacionales.
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