Brown promete "nuevas prioridades" en su toma de posesión como primer ministro de Reino Unido
Tony Blair pide disculpas a las tropas británicas de Irak en su despedida
Gordon Brown se ha convertido hoy en el nuevo primer ministro británico, después de que la reina Isabel II le encargase formar Gobierno. Brown ha prometido "un nuevo gobierno con nuevas prioridades". Por su parte, la guerra de Irak ha acompañado a Tony Blair hasta el último día. Hoy, el que ha sido primer ministro británico en los últimos 10 años ha pedido disculpas a las tropas británicas desplegadas en el país asiático ante la Cámara de los Representantes. "Siento profundamente los peligros que afrontan los soldados", ha dicho el ya ex primer ministro en su discurso en el Congreso.
Gordon Brown ha tomado hoy posesión como primer ministro británico. Con 56 años, llevaba desde mayo de 1997 al frente del Ministerio de Finanzas y por fin, diez años después, hoy ha visto colmada su aspiración de suceder a Tony Blair. "Acabo de aceptar la invitación de Su Majestad la Reina para formar Gobierno", anunció a su llegada al número 10 de Downing Street el propio Brown, que prometió "un nuevo Gabinete con nuevas prioridades".
Brown se ha comprometido, igualmente, a nombrar un Ejecutivo que, "más allá de los estrechos intereses de partido", utilice "todos los talentos" y que dé respuesta a los deseos de cambio que ha percibido en la sociedad británica. El nuevo premier, visiblemente emocionado, ha confesado sentirse un privilegiado por tener la oportunidad de servir a su país y ha recordado su escuela local en Escocia al asegurar que no estaría donde ha llegado sin "las oportunidades" que recibió entonces y que pretende ofrecer a todos los ciudadanos.
El ya ex primer ministro británico, Tony Blair, ha viajado por la tarde a su circunscripción electoral de Sedgefield (norte de Inglaterra) previsiblemente para dimitir como diputado y anunciar sus planes de futuro. Tony Blair ha salido esta mañana por última vez de su residencia oficial, camino al palacio de Buckingham, donde ha presentado su dimisión ante la reina Isabel II. A la puerta de Downing Street le esperaban un grupo de manifestantes, entre ellos familiares de soldados muertos en la guerra de Irak. Pero, al igual que en otras ocasiones, hoy también se ha mostrado convencido de que la presencia del Reino Unido en Irak era necesaria; "Se que hay quien piensa que las tropas pasan por esos peligros en vano. Pero yo no lo creo y no lo creeré jamás", ha dicho.
Aparte de Irak, Blair ha dado por terminada una década con logros como la paz en el Ulster, tras 40 años de violencia, o el impulso de la Tercera Vía, en política económica. Ahora, pasa el mando a Gordon Brown. Desde primera hora de la mañana, varios camiones de mudanzas han ido sacando cajas de la residencia de los Blair, antes de la llegada del hasta ahora ministro de Economía y líder laborista, Gordon Brown, quien ha tomado hoy posesión del cargo.
De portavoz a primer ministro
Nacido en Glasgow (Escocia), Gordon Brown fue elegido por primera vez a los Comunes en 1983 y ese mismo año fue nombrado portavoz laborista para temas de Comercio e Industria, de donde pasó al Tesoro para ocuparse, a partir de 1992 y desde los bancos de la oposición, de marcar estrechamente a los conservadores.
Hijo de un pastor de la Iglesia de Escocia, que le inculcó la ética protestante, Brown ha sido padre tardío y tiene dos hijos pequeños. De joven se quedó ciego de un ojo al desprendérsele la retina durante un partido de rugby. Estudió historia en la Universidad de Edimburgo, de la que se graduó con la máxima calificación, para escribir luego una tesis doctoral sobre el Partido Laborista y el Cambio Político en Escocia, 1918-1929. Brown dio clases en esa universidad así como en el Colegio de Tecnología de Glasgow antes de trabajar como periodista para la televisión escocesa y presentarse en 1979 a sus primeras elecciones generales, que perdió ante los conservadores.
Ya en el Parlamento, llegó a un famoso y nunca aclarado pacto con su amigo y correligionario Tony Blair, para que le sucediera como candidato. Ganadas por abrumadora mayoría las elecciones de 1997, una de las primeras medidas de Brown fue conceder al Banco de Inglaterra total independencia para el control de la política monetaria y la fijación de los tipos de interés. En su paso por el Tesoro, recurrió los dos primeros años a duras medidas macroeconómicas, continuando la austeridad fiscal de la etapa conservadora, para convencer luego al país de la necesidad de aumentar el gasto público con vistas al futuro.
Opuesto a la entrada de Gran Bretaña en la eurozona, el nuevo líder laborista ha administrado un período de prosperidad económica sin precedentes que ha beneficiado al pujante sector financiero en detrimento del viejo tejido industrial del país. Su etapa al frente del Tesoro se ha visto también marcada por el auge del consumo interno, impulsado por la fortaleza de la libra y la llegada de importaciones baratas, una caída del ahorro nacional y una fuerte inflación de los precios del sector inmobiliario.
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