La trágica estela de destrucción de El Niño
El Gobierno de Bolivia se declara “en sesión permanente” ante las lluvias torrenciales y las heladas prematuras que han causado ya varias decenas de muertos y 300.000 damnificados
Torrenciales lluvias, granizos, heladas y sequías se abaten con inusual fuerza sobre la región andina, especialmente sobre Bolivia, debido al fenómeno de El Niño, que ha dejado hasta ahora un saldo de más de 60.000 familias damnificadas, una treintena de muertos, media docena de desaparecidos, miles de hectáreas de cultivos bajo el lodo y animales arrastrados por las riadas.
Las autoridades de meteorología consideran que El Niño aún continuará dejando su estela de destrucción en los dos próximos meses. De hecho, en las próximas horas pronostican un frente frío, con mayor cantidad de lluvias, sobre las provincias bolivianas de Santa Cruz, Tarija, Beni y Cochabamba.
Los productores del valle central de Cochabamba intentan recuperar algunas de las pertenencias que han quedado ocultas bajo el lodo tras el desbordamiento de los ríos, cuyas aguas anegaron las viviendas, hechas en su mayor parte de adobe ?bloques de tierra y paja apisonada por los mismos campesinos y secados al sol? y que se deshicieron al entrar en contacto con el agua.
Un joven avicultor, que desenterraba gallinas muertas, explicaba entre sollozos ante las cámaras de televisión que lo había perdido todo. Había hecho su primer esfuerzo como empresario independiente: vendía huevos y pensaba ampliar sus pequeñas instalaciones para criar pollos. Le estaba yendo bien, hasta que las aguas desbordadas sembraron la destrucción a su paso.
Un drama diferente afronta la familia de Aurelia Álvarez, entrevistada por el periódico Los Tiempos. La familia lo perdió todo, pero el mayor sufrimiento es la pérdida del material escolar de la primogénita, que en el curso que acaba de iniciarse concluirá el bachillerato, todo un acontecimiento en las familias rurales de Bolivia, donde solamente cuatro de cada 100 colegiales acaban el ciclo secundario.
Santa Cruz, el primer departamento en importancia económica del país, está entre los más afectados: las inundaciones dañaron miles de hectáreas de cultivos de exportación y de consumo local. No existe aún un balance preciso del valor de las pérdidas ni del total de la superficie afectada, ya que la mayor preocupación de Defensa Civil ha sido atender con ropa, medicamentos y alimentos a las más de 15.000 familias damnificadas.
Las poblaciones asentadas a orillas de los grandes ríos afluentes del Madre de Dios, que con el Madera desemboca en el Amazonas, y otras de la región chiquitana han sido evacuadas con la ayuda de helicópteros venezolanos. Las imágenes de la televisión mostraban a adultos saliendo de sus precarios pahuichis ?viviendas hechas con estacas y techadas con palmeras? con el agua por la cintura y llevando en alto lo poco que podían salvar.
El servicio de Salud de Santa Cruz informó de las enfermedades intestinales y pulmonares que afectan a la mayor parte de las víctimas, pero alertó sobre otra patología de la piel que acaba de aparecer y que se denomina leptospirosis. El director de ese servicio, Luis Alberto Nogales, explicó que el mal es propio de los animales y se encuentra en sus heces. Está afectando a los pobladores de las zonas inundadas, porque la gente está en contacto con esas aguas, que usan para bañarse. La bacteria entra en contacto con la piel y penetra en el cuerpo humano; el periodo de incubación suele durar entre dos días y cuatro semanas.
El mal, que se diagnostica por las pruebas de laboratorio, tiene los mismos síntomas que el dengue ?causado por la picadura de un mosquito?, del que se han registrado ya muchos casos en la población damnificada. En su desarrollo, la leptospirosis causa irritación meníngea, rigidez en la nuca, insuficiencia renal, hemorragia intestinal o pulmonar, afección cardiaca y puede ocasionar la muerte, según las autoridades sanitarias.
La región del altiplano boliviano afronta un problema muy diferente. La falta de agua, sumada a granizos y heladas prematuros, ha arruinado también la producción agrícola y está causando la muerte de vicuñas, alpacas, llamas y otro ganado propio de la altiplanicie.
“La sequía es preocupante. Los ríos que eran caudalosos en época de lluvias están secos”, informó el ministro del Agua, Abel Mamani, que el sábado hizo un recorrido por algunos de los lugares afectados.
Las tempranas heladas y los granizos han causado destrozos en los cultivos y están afectando también a la población ?entre las más pobres del país?, que soporta bajas temperaturas en plena estación de verano.
El Gabinete del presidente, Evo Morales, se ha declarado “en sesión permanente” ante los desastres causados por El Niño, que, además de damnificados y grandes pérdidas, también ha causado destrozos parciales en las plataformas de las carreteras y caminos a causa de los deslizamientos de enormes cantidades de tierra o por la erosión causada por la fuerza de las aguas.
El Gobierno ha destinado 15 millones de dólares para que los municipios apoyen a las víctimas de los desastres, mientras que los prefectos (gobernadores) de Tarija, Beni, Pando y Santa Cruz se reunieron para definir una estrategia de ayuda a los damnificados, que superan las 300.000 personas, y solicitar el respaldo del Ejecutivo central.
“Creemos que todavía no contamos con la suficiente solidaridad internacional; creo que todavía no se está evaluando apropiadamente lo que está ocurriendo en el país”, se quejaba el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, en declaraciones formuladas la noche del sábado. Lo que más lamenta el Gobierno, afirmó, es la pérdida de vidas, ya que la provisión de alimentos está garantizada por las autoridades.
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