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Francia moviliza a los estudiantes de medicina y médicos jubilados ante la ola de calor

Unas 15.000 personas murieron el verano de 2003 por las altas temperaturas

Francia teme los efectos del calor sobre su población. La canícula se ha extendido por medio país y se espera que la temperatura siga en ascenso hasta el próximo jueves, provocando nuevas víctimas. Por eso, para evitar el caos hospitalario que se creó el verano de 2003, cuando más de 15.000 personas murieron por la ola de calor, el Ministerio de Sanidad ha pedido a los estudiantes de medicina y médicos jubilados que acudan a los hospitales a reforzar los servicios de urgencia.

El ministro de Sanidad, Xavier Bertrand, ha hecho el llamamiento: "Ahora mismo, ya tenemos tensiones en algunos centros, que están desbordados con un 20% más de actividad. Y sabemos que la situación puede evolucionar deprisa, muy deprisa. Por eso, no hace falta esperar al pico de calor de mañana para tomar medidas suplementarias", ha explicado.

Y es que el calor ya ha provocado la muerte de "una cuarentena de personas" este verano, según el último recuento del Instituto de Vigilancia Sanitaria. Entre las últimas muertes figuran la de una mujer de noventa años, un hombre de 81 y un esquizofrénico de 45.

Marie Ecoiffier, practicante en el servicio de urgencias del Hospital de Purpan-Toulouse y delegada de regional de la Asociación de médicos de urgencias de Francia, ha explicado al diario Le Monde: "Tenemos mucho trabajo desde hace quince días. Más que en París, con una media de 160 hospitalizaciones por día. Y tratamos muchas enfermedades relacionadas con las altas temperaturas que no son golpes de calor".

56 departamentos en alerta naranja

El Instituto de Metereología Francés ha colocado 56 departamentos en alerta naranja, o lo que es lo mismo, en nivel de alerta 3 sobre una escala de cuatro. Sólo las regiones del Oeste y Normandía escapan al calor, según las previsiones, que no esperan una ligera bajada de temperaturas hasta el próximo jueves.

Los servicios de urgencias y los hospitales se encuentran cada vez más atareados. Además, los cirujanos, obstetras y anestesistas de las clínicas privadas están en huelga para protestar contra la subida de las primas de sus seguros.

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