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Un informe alerta del aumento de los asesinatos de indígenas en Brasil

Un órgano del episcopado denuncia las carencias de la política de Lula hacia los indios

El Consejo Indígena Misionero (Cimi) de Brasil, un órgano de la Conferencia Episcopal, ha presentado un documento a los obispos en el que se asegura que el año pasado fueron asesinados 43 indios, frente a los casi 20 homicidios anuales de los ocho años de gestión del antecesor de Luiz Inácio Lula da Silva, Fernando Henrique Cardoso. El informe añade que el Gobierno ha destinado al año menos tierras para los indios que durante los tiempos de la dictadura militar.

El vicepresidente del Cimi, Saulo Feitosa, atribuye el aumento de indios asesinados al retraso del Gobierno en resolver los conflictos de las áreas destinadas a ellos y acusa al Ejecutivo de favorecer los grandes negocios agrícolas en detrimento de los indígenas. Según el escrito, los Estados con mayor índice de violencia contra los indios son los de Mato Grosso do Sul, Santa Catarina, Pará y Pernambuco. Sólo en Mato Grosso hubo este año 51 intentos de asesinato de indios, entre ellos 10 menores.

Según el Cimi, el Gobierno ha hecho sólo seis cesiones de territorio para los indios por año, mientras que la media durante la dictadura militar fue de 14 por año. Feitosa afirma que el Gobierno de Lula ha tenido la peor política en este sentido de los últimos 30 años.

El secretario general de la Conferencia Episcopal de Brasil (CNBB), Odilio Scherer, observó al recibir el informe del Cimi que la causa del aumento de indios muertos violentamente se debe al abandono en que se encuentran los indígenas en este país. "Si hubiese más respeto a los indios, no necesitariamos estar viviendo momentos como éste", dijo, y añadió: "El informe del Cimi es una alerta nacional. Brasil sólo va a ser un país cuando haya acabado de hacer justicia con sus primeros habitantes".

Junto al aumento de asesinatos de indios, el informe detecta un incremento de violencia sexual contra las indias —en su mayoría, menores de edad— ejercida por los que no son indígenas. A esto se añade, según el informe, la violencia verbal contra los indios, incluso por parte de políticos de renombre. Y recuerda las palabras del ex presidente del Parlamento Severino Cavalcanti, cuando afirmó: "Las tierras hay que darlas a quien las trabaja y no a los indios, que no piensan en trabajar porque nunca aprendieron a trabajar".

En algunos escritos reproducidos en el informe del Cimi, se dice de ellos que son "vagabundos", "sucios" y que "huelen mal", etc. De las 62 acusaciones de violencia verbal detectadas por el informe, sólo un 30% fue denunciado ante la justicia y sólo un 10%, castigado por la misma.

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