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Bush reconoce que uno de los "mayores errores" en Irak ha sido el escándalo de Abu Ghraib

El presidente estadounidense y el primer ministro de Reino Unido, Tony Blair, evitan poner fecha a la retirada de sus tropas

El presidente de EE UU, George W. Bush, y el primer ministro británico, Tony Blair, se reunieron ayer (madrugada de hoy en España) en la Casa Blanca donde abordaron, entre otros asuntos, la presencia militar extranjera en Irak y la crisis nuclear iraní. En comparecencia ante la prensa, Bush ha destacado que apoyarán incondicionalmente al nuevo gobierno de Irak y que "cada vez que habla el pueblo iraquí, elige la libertad".

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El presidente Bush ha reconocido también que uno de los mayores errores de su administración en lo referente a Irak ha sido el escándalo de los abusos de la prisión de Abu Ghraib. Un escándalo "por el que han pagado durante mucho tiempo". "En ciertas partes del mundo, mi lenguaje fue malinterpretado", ha reconocido Bush, en referencia a su orden de captura contra el líder de la organización terrorista Al Qaeda, Osama Bin Laden, del que ha pedido su entrega "vivo o muerto".

"Lo primero de todo, vamos a trabajar con el nuevo gobierno para determinar la mejor manera de conseguir cumplir un objetivo, que es un Irak que se pueda gobernar, sostener y defender a si mismo", ha dicho Bush. Los dos líderes han instado a dejar atrás las diferencias sobre la conveniencia o no de haber invadido Irak y haber derrocado al presidente Sadam Husein, y han pedido, en cambio, "fortalecer esta joven democracia".

Blair, que ha recordado que recientemente visitó a los nuevos líderes de Irak, ha dicho que es es "una obligación" de toda la comunidad internacional apoyar al nuevo gobierno iraquí encabezado por el primer ministro Nuri al Maliki. El primer ministro británico visitó Irak el pasado lunes, en el primer viaje de un mandatario extranjero al país árabe desde la toma de posesión del nuevo Gobierno. Durante esa visita, un alto funcionario del Gobierno británico apuntó que las tropas extranjeras podrían permanecer en Irak durante cuatro años más.

Ambos líderes han declinado dar una fecha concreta para la retirada de las tropas estadounidenses y británicas de Irak. En la actualidad hay 132.000 soldados de EE UU y 8.000 de Reino Unido en el país. Bush ha afirmado que su país mantendrá en Irak el "nivel de tropas necesario" para sustentar la seguridad. Ante las conjeturas sobre una posible retirada de soldados una vez que el gobierno iraquí ha asumido el poder, Bush ha insistido en que esa decisión corresponderá "a los mandos sobre el terreno".

Las presiones han arreciado desde el pasado sábado, cuando tomó posesión el nuevo Gobierno iraquí de unidad nacional, encabezado por el primer ministro Nuri al Maliki. El propio Bush indicó de manera cautelosa el martes que tras esa toma de posesión podría plantearse una evaluación de la necesidad de tropas.

Crisis nuclear

Respecto a la crisis nuclear de Irán, Bush ha dicho que tendrá en consideración la posibilidad de otorgar incentivos a Irán si éste accede a suspender sus actividades de enriquecimiento de uranio. Londres y Washington creen que el programa nuclear iraní tiene fines militares, mientras que Teherán asegura que sus objetivos son puramente pacíficos y lo que pretende es producir electricidad para su población.

Bush y Blair en la Casa Blanca (Reuters)
Bush y Blair en la Casa Blanca (Reuters)REUTERS

"¡Hey, no deje de contar ya con él!"

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, ha dicho en la rueda de prensa que le gustaría que el primer ministro británico, Tony Blair, continúe en el poder al menos "durante el resto" de su presidencia, que termina en enero de 2009. En una rueda de prensa conjunta en la Casa Blanca, Bush se ha precipitado a responder a la pregunta de una reportera a Blair acerca de su permanencia en el poder. "¡Hey, no deje de contar ya con él!", ha respondido el presidente estadounidense, que ha procedido a una extensa alabanza de quien ha sido su principal aliado en cuestiones de política exterior y, sobre todo, en la guerra en Irak.

"Quiero que continúe en el poder al menos durante el resto de mi presidencia", ha dicho Bush, quien también ha bromeado al decir que si Blair se marcha lo que más echaría de menos son "sus corbatas rojas". En el Reino Unido, el rojo es el color socialista, mientras que en Estados Unidos es el color de los republicanos, el partido más a la derecha y al que pertenece Bush.

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