Miles de evacuados en el este de Europa por la crecida del Danubio
Rumania, Bulgaria y Serbia luchan para evitar que el agua inunde sus ciudades y cultivos
Las autoridades de Bulgaria, Rumania y Serbia han movilizado sus servicios de emergencia para evitar el desbordamiento del Danubio, el segundo río más largo de Europa, que ha sufrido en los últimos días la mayor crecida en 100 años. Miles de personas ya han sido evacuadas en estos tres países del este de Europa, mientras las autoridades se afanan en levantar diques para impedir que el agua inunde sus ciudades y cultivos. El deshielo primaveral y las intensas lluvias han provocado la actual crecida del Danubio.
La situación más alarmante se vive hoy en Rumania, donde más de 3.000 personas han sido evacuadas en la localidad de Rastr, en el curso inferior del Danubio, después de que se rompiera un dique por la presión del agua, han informado las autoridades locales. El río alcanzó en ese punto un caudal histórico de 15.800 metros cúbicos por segundo, cifra que se registró por última vez hace 111 años.
Las autoridades han informado de que 600 casas están afectadas y que de ellas 120 se derrumbaron, mientras las aguas siguen creciendo por las calles hasta alcanzar los tres metros de altura en las zonas más bajas. Otras 10.000 personas de las localidades próximas están en peligro y esperan para refugiarse, mientras los niños y los ancianos se hospedan en casas de familiares en zonas fuera de peligro o han sido trasladados a hospitales.
En unos 300 kilómetros del total de 1.075 que mide el curso del Danubio por el territorio de Rumanía ya se puede estimar que el peligro pasó, sin embargo la crecida avanza río abajo hacia el Mar Negro y la alerta sigue máxima en cinco distritos administrativos.
Miles de militares, gendarmes, bomberos y voluntarios trabajan para alzar y reforzar los diques construidos para un caudal máximo de 14.000 metros cúbicos por segundo. La histórica crecida también ha tenido su efecto en la actividad portuaria y el tráfico naval a lo largo del río, que han quedado muy restringidos, mientras que en el Delta del Danubio no circulan buques para no provocar olas.
Estado de alerta
Las autoridades han decretado el estado de alerta en segundo grado, lo que permite la intervención del Ejército para socorrer a la población, hacer uso de las reservas estatales de alimentos y combustibles, así como evacuar por la fuerza a las personas que se nieguen a abandonar sus casas ante las inundaciones. El primer ministro rumano, Calin Popescu Taiceanu, visitó ayer las zonas siniestradas y aseguró que el Estado apoyará a los afectados que por lo demás disponen ya provisionalmente de tiendas y cocinas de campaña. Popescu Tariceanu declaró que la primera prioridad es evitar las pérdidas de vidas humanas, ya que las inundaciones catastróficas del año pasado sobre los ríos interiores de Rumanía causaron la muerte de más de 80 personas.
También continúan en peligro varias ciudades y pueblos de Bulgaria, donde la situación se ve agravada por el aumento del nivel de las aguas subterráneas y donde están sumergidas carreteras, vías férreas, terrenos de cultivo, puertos fluviales y calles. La mayor preocupación de las autoridades búlgaras consiste en que continuamente se filtra agua por los diques, por lo que bomberos, Ejército, Protección Civil y voluntarios los refuerzan y vigilan día y noche, esperando niveles máximos para el miércoles.
Los puertos búlgaros de Lom, Oryahovo, Somovit y Nikopol han quedado completamente sumergidos, al igual que numerosas tierras agrícolas a lo largo del Danubio, según las autoridades. En esa última localidad, donde hace unos días el barrio ribereño y el polígono industrial fueron inundados y quedaron sin luz, el río ha subido hasta los 856 centímetros y se teme una plaga de mosquitos.
En la ciudad de Vidin, los esfuerzos se centran en reforzar el dique protector y continúan los preparativos para evacuar a los habitantes. Los expertos aseguran que el peligro persistirá mientras el nivel del río en la zona no baje de los 800 centímetros, porque se teme que rompan los diques.
En Serbia, los servicios de emergencia y voluntarios trabajan en la colocación de barreras de contención a lo largo del Danubio, cuyas aguas parecen comenzar a bajar. Mientras, el río Tisa, que fluye desde la vecina Hungría en el norte, ha comenzado a crecer.
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