Un juez aplaza indefinidamente la ejecución de un condenado en Tejas

Un juez del Estado de Tejas ha aplazado de forma indefinida la ejecución de un condenado a muerte cuyo abogado defensor había argumentado que su cliente es un enfermo mental, incapaz de comprender las razones que motivaron la condena, según han confirmado fuentes oficiales. Steven Kenneth Staley estaba condenado a una inyección letal en el penal de Huntsville por el asesinato en 1989 del dueño de un restaurante durante un asalto frustrado.

La ejecución de Staley, prevista para la noche de este jueves, ha sido cancelada por una orden dictada por el juez Wayne Salvant, quien no ha fijado una nueva fecha para llevar a cabo el cumplimiento de la sentencia.

Jack Strickland, el abogado designado de oficio para defender a Staley, ha señalado que su cliente es un enfermo mental desde hace mucho tiempo. "Sabe que se le va a ejecutar, pero no tiene ni la más mínima idea de por qué". El letrado ha añadido que, desde que fue trasladado al corredor de la muerte de Huntsville, Staley ha sido hospitalizado más de 10 veces debido a sus problemas mentales.

Segundo aplazamiento

Esta es la segunda vez que se posterga la ejecución de Staley. En marzo del año pasado, un tribunal de apelaciones de Tejas intercedió en su favor pocas horas antes del momento en que debía recibir la inyección letal. Ese aplazamiento fue concedido para que Strickland tuviese más tiempo para preparar sus argumentos de que el condenado es un enfermo mental y de que debe ser eximido de la pena capital.

Steven Kenneth Staley, de 43 años, fue condenado a muerte por el asesinato de Robert Read, el dueño de un restaurante de Fort Worth (Tejas), quien fue tomado como rehén al frustrarse el asalto perpetrado por el condenado y dos cómplices. Según testigos, Read fue asesinado tras resistirse a subir a un automóvil en el que los asaltantes pretendían escapar. Los cómplices, Tracey Duke y Brenda Rayburn, fueron condenados a cadena perpetua y 30 años de prisión, respectivamente.

Caso Morales

El aplazamiento indefinido de la ejecución de Staley ha sido confirmado dos días después de que las autoridades del Estado de California suspendieran, también de forma indefinida, la ejecución del hispano Michael Morales, condenado a la pena capital en 1983 por el asesinato y violación de una joven de 17 años.

En este caso, la medida fue tomada ante la imposibilidad de encontrar anestesistas dispuestos a participar en el procedimiento para que el reo no sufriera.