"No intentamos aislar a Venezuela"

Thomas Shannon, secretario de Estado adjunto para América Latina, pasa por Bruselas en un periplo europeo que antes le vio en Madrid. En la capital de Europa ha visitado las instituciones comunitarias donde dice haber encontrado identidad de criterios sobre Latinoamérica. La Unión y Estados Unidos siguen con interés el ascenso de la izquierda en el continente y en particular las evoluciones de Hugo Chávez. Para la comisaria de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, "todo lo que ocurre es bienvenido si no desestabiliza la democracia en otros países". Shannon, diplomático profesional que ha hecho la mayor parte de su carrera en puestos relacionados con América Latina, estima que se está exagerando la influencia de Chávez en la región y asegura: "No intentamos aislar a Venezuela".

Pregunta. ¿Inquieta a su Gobierno el ascenso de la izquierda en América Latina?

Respuesta. No es cuestión de izquierda o derecha, sino de Gobiernos comprometidos con la democracia y el libre mercado. América hoy es democrática. Se han creado expectativas que algunos países tienen dificultades en satisfacer y debemos ser solidarios. Aquí hemos visto que hay consenso sobre los desafíos y soluciones para el continente.

P. ¿En qué consisten esos consensos?

R. Que América es un continente en el que hay habido cambios espectaculares en muy poco tiempo y que hay países a los que les ha ido mejor que a otros. Y que la pobreza en la región y la capacidad limitada de proporcionar servicios han dado lugar al populismo, que es un fenómeno natural que se produce cuando las instituciones no están a la altura de los desafíos.

P. ¿Percibe ese populismo, con sus diferentes variantes, como una ruptura con Estados Unidos?

R. El algunos países andinos la democratización ha ido más deprisa que el desarrollo institucional y hay que ayudarles a evolucionar. El populismo como fenómeno político no es ilegítimo ni no válido. Todas las sociedades lo han experimentado, incluido Estados Unidos. Lo que hay que hacer es mostrar solidaridad con estos países, reconocer que esta forma de expresión política es válida y respetable y ayudar a crear estructuras que lo canalicen de forma positiva. Hay consenso sobre la necesidad de reforzar las instituciones y vincular democracia y desarrollo.

P. Entonces, ¿por qué es Washington tan crítico con Venezuela?

R. El enfrentamiento entre Washington y Caracas es cosa de Caracas. Nosotros estamos dispuestos a hablar con Venezuela. Pero el Gobierno de Venezuela ha tomado la decisión estratégica de no hablar. El antiamericanismo es el mensaje central de Chávez, con el que ha sustituido al mensaje de la justicia social y de la lucha contra la pobreza porque lo necesita para movilizar a la gente y mantener el enfrentamiento dentro de la sociedad venezolana a través del enfrentamiento con el exterior. Venezuela preocupa no por la expresión política popular sino por el Estado de salud de sus instituciones democráticas.

P. ¿Está enfermo el cuerpo político venezolano?

R. Venezuela está en una transición que será larga. Hugo Chávez representó la radical ruptura con un modelo político agotado y corrupto, hasta el extremo de que la clase media se dio cunenta de que sólo con la ruptura podía Venezuela seguir el proceso de modernización política, social y económica. Pero esa transición descarriló y se rompió el amplio consenso a favor del cambio. La cuestión es cómo se reconstruye ese consenso para que Venezuela se siga modernizando.

P. ¿Intentado aislar a Venezuela, por ejemplo, poniendo trabas a las ventas de equipo militar español?.

R. No intentamos aislar a Venezuela. Eso es imposible para Estados Unidos dada la relación energética e histórica que tenemos. Venezuela fue desde 1958 un país democrático con el que tuvimos relaciones políticas y económicas comparables a las de muy pocos países. Es una relación que nos interesa mantener. No nos interesa aislar a Venezuela. Es Venezuela la que se ha aislado de nosotros y ha intentado romper canales de comunicación que han existido durante décadas.

P. ¿Teme Washington los intentos de Chávez de crear un frente latinoamericano contra Estados Unidos?

R. Se está exagerando la influencia de Chávez, quizá no sus intenciones, pero si sus logros y atribuyéndole triunfos como el de Evo Morales que no tienen nada que ver. No hay duda de que Chávez piensa que está ofreciendo una alternativa, pero no está clara: en términos económicos es un sistema que ya ha fracasado en el resto del mundo. Atrae a algunos en la región por la elevada pobreza, marginación y frustración existentes. El gran desafío a que nos enfrentamos en la región no es Venezuela o Chávez sino la pobreza, la marginación y la incapacidad de algunas sociedades de proporcionar los bienes y servicios que la gente espera. Para hacer frente a este problema necesitamos lo que dice Felipe González: "Más democracia y más desarrollo".

P. ¿Qué siente Estados Unidos cuando Evo Morales hace su primera visita a La Habana y rinde tributo a Fidel Castro, a quien llama "maestro"?

R. Lo importante del viaje de Morales no fue que viajar a La Habana sino que fuera a Europa, a Suráfrica y a China. Fue muy importante y muy inteligentes su decisión de entrar en contacto con el mundo real. Soy consciente del interés que suscitan Chávez y Castro, pero el verdadero liderazgo de América Latina está en Brasil, en Chile, en Colombia, en Argentina, en Uruguay...cuyos líderes están volcados en crear instituciones y en lograr desarrollo. No debemos centrarnos en las voces discrepantes, que piden un especie de ruptura, sino en las que quieren cooperar, globalizarse.

P. De esos países sólo Colombia parece un aliado sin recelos de Estados Unidos, que allí está muy implicado.

R. El presidente Álvaro Uribe ha tenido gran éxito con su política de seguridad democrática, lo que unido a la lucha contra la droga y la delincuencia y los resultados económicos ha creado en los colombianos la confianza para creer que pueden controlar su destino.

P. En Nicaragua hay presidenciales en noviembre, con buenas perspectivas para Daniel Ortega, que recuerda a sus seguidores: "Los yanquis ya no mandan en Nicaragua".

R. Nicaragua necesita nuevos líderes para seguir avanzando, no puede pensar en los líderes del pasado.

P. América Latina no ha estado en el discurso de George Bush sobre el estado de la Unión. ¿Ha perdido interés para Washington?

R. No, sigue interesando. El presidente estuvo recientemente en la cumbre de Mar del Plata y la secretaria de Estado ha visitado varias veces la región. Si se tienen en cuenta la diversas iniciativas políticas, las ayudas, la política comercial, los acuerdos de libre comercio que cubren los dos tercios del producto interior bruto de la región... se ve que estamos implicados. Aunque no aparezca en los discursos.

P. Un problema irresoluble para Washington es Cuba. ¿Qué hay previsto para después de Castro?

R. Queremos una transición rápida y pacífica a la democracia. Los regímenes nunca ceden el poder pero ya se ha visto lo que pasó en Europa del Este. Una vez que la gente tiene la libertad al alcance de la mano, la toma.