Sarkozy quiere endurecer las condiciones para la inmigración y reforzar la figura del Presidente
El ministro de Interior afirma que el país " necesita más autoridad" y propone una "profunda" reforma institucional para Francia
El ministro del Interior francés, Nicolas Sarkozy, ha hablado hoy en su discurso de año nuevo sobre los problemas de seguridad que vive el país, en referencia a los disturbios del pasado mes de noviembre, y que relaciona directamente con la inmigración. Ha dicho que Francia "necesita autoridad", y ha lanzado varias propuestas para combatir la delincuencia y la inmigración ilegal. Ha sugerido también cambiar la estructura institucional del país, reforzando el poder presidencial y el del Parlamento, y reduciendo al primer ministro al rol de "coordinador".
El ministro, que pretende presentarse precisamente a las elecciones presidenciales de 2007, ha afirmado que "la inmigración debe ser más regulada" y debe estar "relacionada con las necesidades económicas". En ese sentido, ha anunciado que volverá a crecer el ritmo de las expulsiones, se endurecerán el acceso a la residencia y el reagrupamiento familiar, y se establecerán "objetivos concretos" del número de inmigrantes que puede acoger Francia anualmente.
En lo que respecta al tema estrictamente policial, difícil de desligar de la inmigración en el discurso del ministro, una de las medidas más polémicas de las que ha anunciado es la creación de "una reserva ciudadana" de voluntarios que quieran colaborar con la policía. "Llevarán signos distintivos, no estarán armados ni actuarán conjuntamente con la policía, y efectuarán una labor de mediación y sensibilización para el cumplimiento de la ley", según el ministro.
Otras de las propuestas, menos llamativas, son la creación de una policía ferroviaria, el refuerzo de la seguridad en las escuelas, mediante la presencia policial, la lucha contra las bandas que proliferan en los barrios más pobres del país, la lucha contra las violencias a personas, el endurecimiento de las leyes de represión de la delincuencia cometida por menores y el fin de la "intolerable" violencia en los estadios de fútbol.
En relación con su viraje hacia posiciones más duras, más a la derecha, muy criticado por la prensa francesa, y por el que se le ha acusado incluso de "populismo", Sarkozy ha replicado con sarcasmo que no es partidario de ninguna dictadura y ha reivindicado la legitimidad de pedir el voto a los millones de franceses que llevan dos décadas votando a la extrema derecha. Así, ha pedido que en 2007 la campaña presidencial -a la que pretende optar- no se limite a una unión de candidatos contra la extrema derecha.
Aumentar los poderes del presidente
Nicolas Sarkozy ha propuesto a una "profunda" reforma institucional de Francia, que convierta al jefe de Estado (el presidente) en un director claro de la política del país, introducir un mayor número de contrapesos parlamentarios a sus prerrogativas y reducir al primer ministro al rol de "coordinador" del Ejecutivo.
El dirigente conservador califica de "arcaico" el que un presidente, tal como prescribe la V República, "se ocupe de lo esencial, y no de lo cotidiano". Por eso quiere que el Presidente francés pase a ser además un jefe de Gobierno al uso, similar a la función que desempeñan en España o Reino Unido los primeros ministros, y "diferente" del que se concibe actualmente en Francia.
Derecho a la discreción
El ministro ha dicho, al ser preguntado sobre la reconociliación con su esposa Cecilia, de la que se informó ayer, que quiere reivindicar su "derecho a la "discreción.
Cambia así radicalmente su actitud respecto a los medios y pretende alejarse de las cámaras, después de que el pasado mes de mayo reconociera en un plató de televisión que su familia atravesaba un momento de crisis, en referencia a la ruptura de su matrimonio.
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