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El sureste de Asia recuerda el maremoto un año después

El 'tsunami' del 26 de diciembre de 2004 arrasó una docena de países y mató a 230.000 personas

A las 8 y 16 minutos de la mañana (hora local, seis horas menos en España) del 26 de diciembre de 2004, tres olas gigantes devastaron literalmente la provincia indonesia de Aceh tras el maremoto que unos minutos antes había quebrado el lecho del Índico. Horas, minutos más tarde, el tsunami creado por el maremoto dejaron un rastro de muerte y desolación en 12 países del sureste asiático. Durante las siguientes horas y días se puso de manifiesto una de las mayores catástrofes naturales de la historia: más de 220.000 muertos, millones de personas sin hogar y desplazadas. Toda la zona se recoge en recuerdo de sus muertos y conmemora el aniversario del día en que el mar se levantó.

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Justo cuando el reloj marcaba las 8.16, el presidente de Indonesia, el país más afectado por la catástrofe con más de 130.000 muertos y 30.000 desaparecidos, Susilo Bambang Yudhoyono, ha hecho sonar en la localidad de Padang la sirena que marcó la puesta en marcha de un sistema de alerta de tsunami. La sirena ha sonado durante un minuto durante el cual se ha rendido un emotivo homenaje a las víctimas locales y de toda la zona. Después, se ha realizado un simulacro en el que han participado miles de personas de Padang, al suroeste de la isla de Sumatra, abandonando precipitadamente sus hogares y corriendo a la zona alta de la ciudad. Un sistema eficaz de alerta fue justamente lo que faltó hace un año, cuando, tras el terremoto, los habitantes del sureste asiático se vieron sorprendidos por las gigantescas olas, sin nada ni nadie que les avisara.

Con lágrimas y oraciones, toda Indonesia ha unido su pensamiento a las víctimas del tsunami y sus familiares. A la hora en la que el mar se tragó vastas zonas costeras, se ha observado un minuto de silencio estremecedor. "Señoras y señores, inclinémonos en silencio para rezar por la memoria de los cientos de miles de personas que perdieron la vida a causa del tsunami del 26 de diciembre del año pasado", ha dicho el presidente indonesio para dar paso al silencio. Ante unas 500 personas, entre ellas representantes de decenas de países extranjeros, Bambang ha destacado el coraje de los supervivientes. "Rendimos homenaje a los supervivientes del tsunami por su fuerza y valentía. Nos recordáis que la vida es bella y que vale la pena luchar por ella". También ha destacado que el tsunami ha contribuido a la resolución del más grave de los conflictos internos del país, la guerra entre el Gobierno y los rebeldes del Movimiento Aceh Libre. "Aquí, en Aceh, tenemos un ejemplo de cómo una nueva esperanza para la paz puede emerger de la ruina de la destrucción".

Por videoconferencia, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, ha participado junto al presidente indonesio. Annan ha recordado que, pese a la gigantesca ola de solidaridad internacional que siguió al tsunami, con 11.500 millones de dólares recaudados, el panorama sigue siendo sombrío. "De alguna manera, los días más difíciles están por llegar. Los cabezas de familia tienen necesidad de encontrar un modo de ganarse la vida, cientos de miles de familias necesitan instalarse de nuevo en un hogar permanente y sus ciudades han de ser reconstruidas", ha dicho Annan. No obstante, también ha otorgado su reconocimiento a lo ya conseguido: "Los niños han vuelto a la escuela, se han evitado las epidemias, decenas de miles de supervivientes han recuperado sus trabajos, la ayuda alimentaria ha llegado a todas las familias". El presidente de EE UU, George W. Bush, también ha enviado un mensaje por videoconferencia.

Los demás países afectados por el tsunami también han celebrado actos en recuerdo de sus víctimas. En Tailandia, las ceremonias oficiales han comenzado también con un minuto de silencio y con ofrendas florales en seis de las playas arrasadas por las olas gigantes. Miles de tailandeses, supervivientes y familiares de víctimas, y miles de extranjeros se han reunido por la mañana en las playas, de frente al mar, para rendir homenaje silencioso a las 5.400 personas que murieron tragadas por las olas. Casi la mitad de ellas eran extranjeros de 37 nacionalidades que pasaban sus vacaciones navideñas en el país. "En nombre del pueblo y del Gobierno tailandés, quiero expresar nuestras profundas condolencias a cada persona que ha sufrido de manera inconmensurable este acontecimiento", ha dicho el viceprimer ministro tailandés, Somkid Jatusripitak, en Bang Nieng, al sur de la playa de Khao Lak, una de las más turísticas y afectadas por el maremoto.

En los archipiélagos de Andaman y Nicobar, pertenecientes a India, donde más de 16.000 personas murieron o desaparecieron, las mujeres han implorado a los dioses para que no vuelvan a desatar una oleada como aquella. Miles de indios han rendido homenaje a sus compatriotas rezando en las playas, con minutos de silencio, y con la apertura de un parque en memoria de los fallecidos. Decenas de barcos han salido a la mar con lazos negros y miles de velas encendidas en recuerdo de las víctimas. Las ceremonias han sido multitudinarias, sobre todo en los archipiélagos de Andaman y Nicobar, en el Golfo de Bengala, y en el estado de Tamil Nadu, en la costa oriental india, donde perdieron la vida 8.000 personas y donde se ha inaugurado una escultura rodeada de miles de árboles en memoria de cada uno de los muertos.

En Sri Lanka, donde perecieron más de 30.000 personas, el presidente, Mahinda Rajapakse, ha encabezado los actos de homenaje en la ciudad de Peraliya, al sur de la capital, donde un tren con mil personas a bordo fue tragado por el mar. El presidente ha prometido acelerar los trabajos de reconstrucción después de que monjes budistas, seguidos por religiosos cristianos, hindúes y musulmanes bendijeran a los fallecidos y abrieran dos minutos de silencio.

Un grupo de personas coloca flores en Ban Nam Khem (Tailandia) en un monumento en memoria de las víctimas del maremoto.
Un grupo de personas coloca flores en Ban Nam Khem (Tailandia) en un monumento en memoria de las víctimas del maremoto.AP

Alerta y simulacro

El presidente indonesio activó la alerta por tsunami en Aceh a las 8.16 hora local (01.16 GMT), justo cuando un año atras tres olas gigantes devastaron esta provincia. Susilo Bambang Yudhoyono hizo sonar en la localidad de Padang la sirena que marca la puesta en marcha del sistema de alarma por maremoto. A continuación se produjo un simulacro de tsunami en el que miles de personas de esta localidad de la isla de de Sumatra abandonaron sus casas y lugares de trabajo para refugiarse en los puntos más altos de la ciudad. Con este sistema de alerta se quiere evitar que se repita una tragedia que mató sólo en estas provincia a unas 130.000 personas.

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