Bachelet anuncia que reformará el sistema electoral chileno si es elegida presidenta
El método, vestigio de la dictadura, reparte los escaños entre los dos partidos mayoritarios
Con toda la artillería. Así se presentó el martes por la noche la candidata a la presidencia de Chile de la coalición de centroizquierda Concertación Democrática ante más de 7.000 personas junto al Estadio Nacional de Santiago.
Arropada por las principales figuras de la coalición y los ex presidentes de la democracia, Michelle Bachelet anunció que si gana la segunda vuelta electoral su primera medida será revocar el sistema electoral binominal, un método introducido por la dictadura en la legislación, que impide la representación real en el Parlamento de los partidos según los votos recibidos.
La segunda vuelta de las presidenciales se celebrará el próximo 15 de enero y Bachelet ha querido marcar las distancias desde el principio con su rival, el empresario derechista Sebastián Piñera.
El Partido Comunista reclamó ayer cinco condiciones a Bachelet para entregarle su voto en la segunda vuelta y le ha dado hasta el 29 de diciembre para contestar, con la amenaza de llamar al voto nulo. Las peticiones comunistas a cambio de su 5% de votos, que Bachelet necesita para derrotar a Piñera, incluyen: el cambio a un sistema electoral proporcional; el derecho a la negociación colectiva para todos los trabajadores; elevar el 100% las pensiones; rechazar un proyecto minero al norte de Santiago que ha sido criticado por los activistas medioambientales; compromiso con la verdad, la justicia y mejoría de las reparaciones a las víctimas de la dictadura.
El cambio de estrategia de la Concertación es evidente. Al contrario de lo sucedido durante la primera vuelta, en la que Bachelet se mantuvo distante de las estructuras de partido y tuvo un discurso poco agresivo, la candidata de centroizquierda apareció en el estadio rodeada de los presidentes de los cuatro partidos que forman la coalición —democristianos, socialistas, radicales y socialdemócratas—, los dos ex presidentes de la democracia, Eduardo Frei y Patricio Alwyn, y parlamentarios emblemáticos como Isabel Allende o José Antonio Viera Gallo. Ricardo Lagos, cuya mención en el discurso de Bachelet fue recibida con una atronadora ovación, también tuvo un gesto y así el hasta hacía pocos momentos ministro de Educación, Sergio Bitar, anunciaba su dimisión para incorporarse al comité político de la campaña de Bachelet. La gran ausente fue la ex ministra de Exteriores y rival de Bachelet en las primarias de la Concertación, la democristiana Soledad Alvear, quien alegó "otros compromisos".
"Este es un sistema injusto y voy a proponer su reforma apenas comience mi Gobierno. No queremos que se siga torciendo la voluntad de la mayoría", subrayó Bachelet entre los vítores de sus seguidores. El actual sistema marca un reparto de escaños de circunscripción entre las dos mayorías, lo que a veces provoca que candidatos —el voto es nominal— con mayor número de votos pero pertenecientes a una minoría se queden fuera. Es el caso de los comunistas, o del histórico dirigente democristiano Andrés Zaldívar, quien pese a obtener un 23% de los sufragios se quedará fuera del Senado.
Ante unas gradas abarrotadas donde primaban las banderas azules de la Democracia Cristiana, Bachelet no tardó en reivindicar el papel de este partido en la coalición. "Piñera hoy habla de humanismo cristiano y no fue capaz de votar por Alwyn", señaló. Luego hizo referencia a la incorporación del derechista Joaquín Lavín como presidente del consejo político al equipo de Piñera. "Ya vemos quienes van a acompañar a Piñera, es la derecha de siempre. Pero estas son nuestras banderas de siempre, que han luchado e incluso entregado la vida por la justicia social. El humanismo cristiano y el humanismo laico se unen en la Concertación", recalcó.
Piñera busca apoyos
La Concertación trata así de contrarrestar las primeras acciones del candidato de Renovación Nacional, que el martes se presentó ante la prensa rodeado de 14 militantes de la Democracia Cristiana, entre ellos un ahijado del presidente democristiano, Adolfo Zaldívar, quien anunció la expulsión del partido de los participantes en el acto.
Ayer por la mañana, Bachelet denunció que diversos miembros de su coalición habían recibido ofertas monetarias a cambio de su apoyo a la candidatura de Piñera. "Son gente importante, lo puedo garantizar", aseguró la candidata socialista. Minutos después, el candidato derechista se manifestaba "indignado" con la acusación. Piñera advirtió a Bachelet de que está entrando "en un camino equivocado, porque es una acusación extremadamente grave" y le pidió que "eleve el nivel" del debate.
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