Fuerzas rusas liberan a los rehenes y matan a los islamistas radicales atrincherados en Nálchik

Los rehenes que permanecían apresados desde ayer en una comisaría de policía y en una tienda de Nálchik, capital de la república rusa de Kabardino-Balkaria, han sido liberados hoy por fuerzas especiales rusas, y sus captores, islamistas radicales vinculados a los separatistas chechenos, han resultado muertos, ha informado el Ministerio del Interior de esa república del norte del Cáucaso.

Los dos últimos guerrilleros que se atrincheraban en una tienda, último foco de resistencia de los fundamentalistas que ayer asaltaban a sangre y fuego varios edificios oficiales de Nálchik, han muerto en la intervención de las fuerzas rusas en la capital de Kabardino-Balkaria. "Las dos rehenes han sido liberadas. Una de ellas ha sido hospitalizada", han dicho fuentes del Ministerio del Interior citadas por la agencia oficial Itar-Tass.

Un carro blindado equipado con un ariete metálico derribó el muro de la tienda, lo que permitió la irrupción de las fuerzas especiales del Ejército ruso. El establecimiento se encuentra situado frente a la sede del Servicio Federal de Seguridad (FSB, antigua KGB) local. Pocos minutos antes, otros ocho guerrilleros eran eliminados en una comisaría de policía donde se habían atrincherado y apresado a cinco rehenes.

Más de 100 muertos

Al menos 24 efectivos de las fuerzas de seguridad, entre policías y militares, han muerto y otros 58 han resultado heridos en los feroces combates con los islamistas radicales que ayer por la mañana asaltaban Nálchik, ha anunciado un portavoz del Servicio Federal de Seguridad de Kabardino-Balkaria, citado por la agencia RIA-Nóvosti. El ministro del Interior de esta república ha informado de que el balance final arroja 91 guerrilleros aniquilados y otros 36 capturados. El Ministerio de Sanidad de la república ha explicado que en los hospitales de Nálchik se encuentran ingresadas 103 personas, heridas durante los tiroteos en varias zonas de la ciudad en las últimas 24 horas. El primer vicefiscal general, Vladímir Kolésnikov, que fue enviado urgentemente de Moscú a Nálchik para investigar los sucesos, rechazó anoche precisar el número de víctimas civiles, que, según el presidente de Kabardino-Balkaria, Arsén Kanókov, son 12 y, según fuentes hospitalarias, más de una veintena.

Las fuerzas de seguridad rusas continúan peinando los barrios de esta ciudad de poco más de un cuarto de millón de habitantes en busca de insurgentes. Las autoridades de esta república, de mayoría musulmana, consideran que el número de guerrilleros que participaron el jueves en el asalto podría rondar los 200. La mayoría de los testigos presenciales afirman que entre los atacantes había representantes prácticamente de todas las nacionalidades del Cáucaso y también habitantes locales, principalmente de etnia balkar. La principal fuerza de choque la componía un destacamento que, según afirman, estaba dirigido por el comandante chechén Shamil Basáyev, considerado por Rusia como su enemigo número uno. Basáyev, responsable de la matanza de la escuela de Beslán, donde murieron 331 personas, la mitad de ellos niños, prometió que incendiaría todo el Cáucaso para liberar este región del yugo ruso.