El rechazo a la extradición de Posada Carriles provoca indignación en Cuba y Venezuela
Un juez de EE UU asegura que el anticastrista podría ser torturado en ambos países
La decisión del juez de Estados Unidos William Lee Abbott de que el anticastrista Luis Posada Carriles no debe ser deportado a Cuba o Venezuela fue calificada ayer de "infamante" por el Gobierno de la isla, mientras que Caracas aseguró que se trata de una muestra de la supuesta dualidad de Washington frente al terrorismo. El martes, el juez estadounidense determinó en una decisión por escrito que Posada no será deportado a Cuba o Venezuela, citando como base la Convención Internacional de Protección contra la Tortura, y alegando que en esos países podría ser "sometido a tortura".
Posada está acusado por Cuba y Venezuela de planear la explosión de un avión de Cubana de Aviación en 1976 en la que murieron 73 personas, y de otros actos terroristas. Posada Carriles, de 77 años, de origen cubano y nacionalizado venezolano en la década de los años 60, fue arrestado en Miami (EE UU) el 17 de mayo pasado, tras entrar de manera ilegal en el país a través de la frontera con México, tres días después de que Caracas pidiera su detención preventiva con fines de extradición. En la última vista donde se estudió el caso de Posada, éste retiró su solicitud de asilo político en Estados Unidos y se acogió a la Convención Internacional de Protección contra la Tortura. El anticastrista está recluido en un centro de detención de Inmigración de El Paso (Tejas).
Venezuela formalizó el pasado el pasado 15 de junio la solicitud de extradición. Posada se escapó de una cárcel de Venezuela en 1985, cuando esperaba una sentencia definitiva por la voladura del avión cubano.
"Con esa decisión infamante, la justicia de EE UU demostró el doble rasero de su política al negar la extradición del terrorista Posada Carriles a Venezuela", sostiene una nota publicada ayer en el diario oficial cubano Granma. Señala que la decisión del juez Abbott no descarta que el anticastrista sea enviado a otro país, "lo que permitiría a Washington la salida de un huésped indeseable en momentos en que la Casa Blanca se declara abanderada de la lucha contra el terrorismo".
Por su parte, el vicepresidente venezolano, José Vicente Rangel, aseguró ayer que la decisión del juez "fue una decisión infame de la familia [del presidente de EE UU, George W.] Bush que evidencia la postura del Gobierno norteamericano ante el terrorismo".
Rangel agregó que, al negar la deportación del anticastrista y ex miembro de la CIA, "quedó desenmascarado el Gobierno de EE UU", al que calificó como "un Gobierno farsante" en materia de lucha contra el terrorismo.
La Cancillería de Venezuela calificó el martes de "poco seria" la actuación de la justicia de EE UU en el caso de Posada Carriles, y exigió al Departamento de Estado acelerar el inicio de un juicio de extradición contra el anticastrista.
La decisión de Abbott se dio a conocer un día después de que el juez concediera dos semanas de plazo al Departamento de Seguridad Nacional de EE UU para que refutara las aseveraciones de la defensa del anticastrista sobre la posibilidad de que fuera torturado si era extraditado a Venezuela. Basándose en informes oficiales del Departamento de Estado y organizaciones no gubernamentales, así como en el testimonio del abogado venezolano Joaquín Chaffardet, Abbott concluyó que "el procesado ha podido establecer que muy probablemente sería sometido a tortura si es enviado por EE UU a Venezuela". El dictamen de siete páginas fue divulgado en la tarde del martes (hora local), apenas 24 horas después de terminar el juicio de inmigración que se siguió a Posada en un tribunal de El Paso.
"De hecho, no existe un estatuto que prohíba la postergación de deportación de acuerdo con la ley vigente", escribió Abbott en su argumentación. "El más odiado terrorista o genocida apelaría a una postergación de la deportación si es capaz de mostrar pruebas suficientes acerca de la probabilidad de tortura en el futuro. Ésta es nuestra posición colectiva como nación, que nadie, no importa cuál sea su pasado, será deportado a un país donde exista una clara probabilidad de tortura'".
En respuesta al dictamen, la vicecanciller para las Relaciones con América del Norte, Mari Pili Hernández, calificó de "insólito" que un juez de EE UU haya negado la deportación del anticastrista a Venezuela bajo el supuesto de que podría ser torturado en el país suramericano.
A su vez, el embajador venezolano en Washington, Bernardo Álvarez, dijo ayer en conferencia de prensa que "no hay la menor prueba de que Posada pudiera ser torturado en Venezuela" y añadió que el anticastrista, "reclutado por la Agencia Central de Inteligencia [CIA] de EE UU en 1962, tiene un historial de terror que incluye asesinato, intento de asesinato, tortura y sabotajes a lo largo de cuatro décadas".
Con el aplazamiento de la deportación, Posada Carriles se quedará en EE UU temporalmente bajo la custodia del Departamento de Seguridad Nacional.
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