Un tribunal militar declara culpable a la soldado England por las torturas de Abu Ghraib
La acusada se enfrenta a un máximo de diez años de prisión
Un tribunal militar estadounidense ha declarado culpable a la soldado Lynndie England de seis de los siete cargos que pesaban contra ella por tortura contra prisioneros de la cárcel iraquí de Abu Ghraib.
En el juicio militar que se le ha seguido en Fort Hood (Texas), England ha sido encontrada culpable de acusaciones como el maltrato de prisioneros y sólo ha sido absuelta del cargo de conspiración.
El jurado compuesto por cinco hombres ha necesitado algo más de dos horas para alcanzar su veredicto. Su caso entra ahora en la fase de decisión de la sentencia, que será determinda por el mismo jurado de cinco militares. England, de 22 años, se enfrenta a un máximo de diez años en prisión.
El juicio de England es el último de un total de nueve reservistas acusados de maltratar prisioneros en Abu Ghraib. Otros dos han sido acusados en el juicio y los seis restantes han presentado recursos.
Bajo coeficiente y problemas de personalidad
La soldado se convirtió en el paradigma de los abusos contra los prisioneros de Abu Ghraib cuando salieron a la luz fotografías en las que se le veía sonreír mientras señalaba con el dedo los genitales de uno de los presos y agarraba con una correa el cuello de otro detenido al que llevaba a cuatro patas. Los abogados de England habían alegado en su defensa que participó en las torturas debido a su bajo coeficiente de inteligencia y a problemas de personalidad que la convierten en una persona excesivamente sometida.
En este caso, alegó su principal defensor, el capitán Jonathan Crisp, la soldado, una antigua trabajadora en una factoría de despiece de pollos, se vio implicada para complacer a quien era su novio, el entonces sargento Charles Graner, el supuesto cabecilla del grupo de torturadores. Graner, quien cumple una condena de diez años de cárcel, es el padre del hijo de England, nacido mientras ella se encontraba a la espera de juicio. En su declaración final, el fiscal encargado del caso, el capitán Chris Graveline, había alegado que England participó porque le divertía y porque su sentido del humor es "perverso".
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